29/12/23

Hatuey

Por Eduardo Galeano

1511

Yara

En estas islas, en estos humilladeros, son muchos los que eligen su muerte, ahorcándose o bebiendo veneno junto a sus hijos. Los invasores no pueden evitar esta venganza, pero saben explicarla: los indios, tan salvajes que piensan que todo es común, dirá Oviedo, son gente de su natural ociosa e viciosa, e de poco trabajo... Muchos dellos por su pasatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron con sus propias manos.

Hatuey, jefe indio de la región de la Guahaba, no se ha suicidado. En canoa huyó de Haití, junto a los suyos, y se refugió en las cuevas y los montes del oriente de Cuba.

Allí señaló una cesta llena de oro y dijo:

–Éste es el dios de los cristianos. Por él nos persiguen. Por él han muerto nuestros padres y nuestros hermanos. Bailemos para él. Si nuestra danza lo complace, este dios mandará que no nos maltraten.

Lo atrapan tres meses después.

Lo atan a un palo.

Antes de encender el fuego que lo reducirá a carbón y ceniza, un sacerdote le promete gloria y eterno descanso si acepta bautizarse. Hatuey pregunta:

–En ese cielo, ¿están los cristianos?

–Sí.

Hatuey elige el infierno y la leña empieza a crepitar.

Fuente: Galeano, E. (1982), Memoria del fuego I. Los nacimientos, Siglo XXI, México, D.F.

22/12/23

La verdadera libertad

Por Agustín Pániker

Desde mi óptica … el nirvana sería la realidad y el estado de mente del despierto, que ve las cosas tal-cual-son; es decir, sin la ilusión de un "yo" que experimenta "cosas". Despertar y liberación se refuerzan mutuamente. El nirvana sería la experiencia de este mundo sin apegos; o mejor, sin caer dominado por las pulsiones, las obsesiones y los apegos. En términos psicológicos, correspondería a la plena madurez, superado el egoísmo, cuando se es libre de actuar sin condicionamientos ni apegos. Una vida, en suma, de discernimiento pleno, verdaderamente transpersonal. Aunque existe una persona, ella no es más que una manifestación de la vaciedad, un "yo" carente de "yo"; por tanto, dinámico y activo; que puede disfrutar del mundo pero sin quedarse apegado a él. En términos éticos, es la destrucción del odio, la maldad, la codicia y la ignorancia. En términos místicos, sería la propia naturaleza de la realidad –despierta y autoconsciente– percatándose de sí misma, ya que no hay "despierto" alguno.

El nirvana o la bodhi no serían, pues, ninguna ruptura de las relaciones, sino el descubrimiento de una relación más genuina. Esto es lo que muchos maestros budistas entienden por "felicidad" o han denominado "liberación". Esa sería –entiendo yo– la verdadera libertad.

Fuente: Pániker, A. (2018), Las tres joyas, Kairós, Barcelona.

15/12/23

Profetas del siglo veinte

Por Eduardo Galeano

Carlos Marx y Federico Engels habían escrito el «Manifiesto comunista» a mediados del siglo diecinueve. No lo habían escrito para interpretar el mundo, sino para ayudar a cambiarlo. Un siglo después, un tercio de la humanidad vivía en sociedades inspiradas por este panfleto de apenas veintitrés páginas.

El «Manifiesto» fue una certera profecía. El capitalismo es un brujo incapaz de controlar las fuerzas que desata, dijeron los autores, y en nuestros días puede comprobarlo, a simple vista, cualquiera que tenga ojos en la cara.

Pero a los autores no se les pasó por la cabeza que el brujo pudiera tener más vidas que un gato,

ni que las grandes fábricas pudieran dispersar la mano de obra para reducir sus costos de producción y sus amenazas de sublevación,

ni que las revoluciones sociales pudieran ocurrir en las naciones que eran llamadas bárbaras, más frecuentemente que en las llamadas civilizadas,

ni que la unidad de los proletarios de todos los países pudiera resultar menos frecuente que su división,

ni que la dictadura del proletariado pudiera ser el nombre artístico de la dictadura de la burocracia.

Y así, por lo que sí y por lo que no, el «Manifiesto» confirmó la más profunda certeza de sus autores: la realidad es más poderosa y asombrosa que sus intérpretes. Gris es la teoría y verde el árbol de la vida, había dicho Goethe por boca del Diablo. Y Marx solía advertir que él no era marxista, anticipándose así a quienes iban a convertir el marxismo en ciencia infalible o religión indiscutible.

Fuente: Galeano, E. (2008), Espejos, Siglo XXI, Buenos Aires.

8/12/23

Aristócratas y demócratas

Por Noam Chomsky

Jefferson murió el 4 de julio de 1826 –exactamente cincuenta años después de la Declaración de Independencia. Casi al final de su vida hablaba de los logros alcanzados con una mezcla de preocupación y esperanza, e instaba a la población a luchar por mantener los triunfos de la democracia.

Jefferson distinguía dos grupos: los aristócratas y los demócratas. Los primeros "temen y desconfían de la gente y desean quitarle todo el poder para depositarlo en la clase alta". Incluso hoy muchos intelectuales respetables consideran válida esta postura, que es muy similar a la doctrina leninista de que el partido de vanguardia o los intelectuales radicales deben tomar el poder y encaminar a las masas hacia un futuro mejor. La mayoría de los liberales es aristócrata en el sentido jeffersoniano, y [el ex secretario de estado] Henry Kissinger es un ejemplo extremo de un aristócrata.

Los demócratas –escribió Jefferson– "se identifican con la gente, le tienen confianza, la valoran y la consideran el guardián más honesto y seguro –aunque no el más sabio– del interés público. En otras palabras, los demócratas creen que la gente debe ejercer el control, tome o no las decisiones acertadas. Existen algunos demócratas hoy en día, pero su participación es cada vez más restringida.

Jefferson advirtió sobre todo que se vigilara a las "instituciones bancarias y sociedades mercantiles" –lo que hoy llamaríamos consorcios– pues afirmaba que, en caso de que crecieran, los aristócratas habrían ganado y la revolución estaría vencida. Los peores temores de Jefferson se cumplieron –aunque no enteramente como él lo supuso.

Fuente: Chomsky, N. (1994), Secretos, mentiras y democracia, Siglo XXI, México, D. F.

1/12/23

Su cachorro de pastor alemán

Por Ian Kershaw

La guerra era lo único que le importaba a Hitler. Sin embargo, aislado en el extraño mundo de la Guarida del Lobo, cada vez estaba más lejos de sus realidades, tanto en el frente como en Alemania. La indiferencia descartaba cualquier rastro de humanidad. Ni siquiera hacia los miembros de su séquito que le habían acompañado durante tantos años sentía nada que se pareciese a un afecto auténtico, y mucho menos a la amistad, el verdadero cariño estaba reservado únicamente para su cachorro de pastor alemán. La vida humana y el sufrimiento carecían de importancia para él. Nunca visitó un hospital de campaña, ni a quienes perdieron sus hogares en los bombardeos. No presenció ninguna matanza, ni se acercó a un campo de concentración, nunca vio un campamento lleno de prisioneros de guerra famélicos. Para él, sus enemigos no eran más que alimañas a las que había que aniquilar. Pero su profundo desprecio por la existencia humana se extendía a su propio pueblo. Tomaba decisiones que costaban la vida a decenas de miles de sus soldados sin tomar en consideración alguna por el sufrimiento humano que pudieran causar, y quizá sólo le fuera posible tomarlas de esa manera. Los cientos de miles de muertos y heridos no eran más que una abstracción y el sufrimiento un sacrificio necesario y justificado en la «lucha heroica» por la supervivencia del pueblo.

Fuente: Kershaw, I. (2008), Hitler, Península, Barcelona.

24/11/23

Espejo

Por Eduardo Galeano

1795

Quito

Pasó por la historia cortando y creando.

Escribió las más filadas palabras contra el régimen colonial y sus métodos de educación, una educación de esclavos, y destripó el ampuloso estilo de los retóricos de Quito. Clavó sus diatribas en puertas de iglesias y esquinas principales, para que se multiplicaran después, de boca en boca, porque escribiendo de anónimo podía muy bien quitar la máscara a los falsos sabios y hacer que parecieran en el traje de su verdadera y natural ignorancia.

Predicó el gobierno de América por los nacidos en ella. Propuso que el grito de independencia resonara, a la vez, en todos los virreinatos y audiencias, y que se unieran las colonias, para hacerse patrias, bajo gobiernos democráticos y republicanos.

Era hijo de indio. Recibió al nacer el nombre de Chusig, que significa lechuza. Para tener título de médico, decidió llamarse Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo, nombre que suena a linaje largo, y así pudo practicar y difundir sus descubrimientos contra la viruela y otras pestes.

Fundó, dirigió y escribió de cabo a rabo Primicias de la Cultura, el primer periódico de Quito. Fue director de la biblioteca pública. Jamás le pagaron el sueldo.

Acusado de crímenes contra el rey y contra Dios, Espejo fue encerrado en celda inmunda. Allí murió, de cárcel; y con el último aliento suplicó el perdón de sus acreedores.

La ciudad de Quito no registra en el libro de gentes principales el fin de este precursor de la independencia hispanoamericana, que ha sido el más brillante de sus hijos.

Fuente: Galeano, E. (1984), Memoria del fuego 2: Las caras y las máscaras, Siglo Veintiuno, Buenos Aires.

17/11/23

Stalin según Hitler

Por Ian Kershaw

Hitler creía que el pueblo ruso sólo era apto para el trabajo duro realizado bajo coerción. Su condición natural, y la que prefería, era la desorganización generalizada. «Los ucranianos –comentó en otra ocasión– eran exactamente igual de holgazanes, desorganizados y nihilistamente asiáticos que los habitantes de la gran Rusia». Hablar de cualquier clase de ética del trabajo era absurdo. Lo único que entendían era «el látigo». Admiraba la brutalidad de Stalin. Pensaba que el dictador soviético era «uno de los seres humanos más grandes que había vivos, ya que había conseguido forjar, aunque sólo mediante la coacción más cruel, un Estado a partir de aquella familia de conejos eslavos». Describió al «taimado caucásico» como «uno de los personajes más extraordinarios de la historia», un hombre que rara vez abandonaba su despacho, pero podía gobernar gracias a una burocracia servil.

Fuente: Kershaw, I. (2008), Hitler, Península, Barcelona.

10/11/23

Rosa María Egipcíaca de Vera Cruz

Por Eduardo Galeano

Cuando tenía seis años, en 1725, un navío negrero la trajo del África, y en Río de Janeiro fue vendida.

Cuando tenía catorce, el amo le abrió las piernas y le enseñó un oficio.

Cuando tenía quince, fue comprada por una familia de Ouro Preto, que desde entonces alquiló su cuerpo a los mineros del oro.

Cuando tenía treinta, esa familia la vendió a un sacerdote, que con ella practicaba sus métodos de exorcismo y otros ejercicios nocturnos.

Cuando tenía treinta y dos, uno de los demonios que le habitaban el cuerpo fumó por su pipa y aulló por su boca y la revolcó por los suelos. Y ella fuera por eso condenada a cien azotes en la plaza de la ciudad de Mariana, y el castigo le dejó un brazo paralizado para siempre.

Cuando tenía treinta y cinco, ayunó y rezó y mortificó su carne con cilicio, y la mamá de la Virgen María le enseñó a leer. Según dicen, Rosa María Egipcíaca de Vera Cruz fue la primera negra alfabetizada en Brasil.

Cuando tenía treinta y siete, fundó un asilo para esclavas abandonadas y putas en desuso, que ella financiaba vendiendo bizcochos amasados con su saliva, infalible remedio contra cualquier enfermedad.

Cuando tenía cuarenta, numerosos fieles asistían a sus trances, donde ella bailaba al ritmo de un coro de ángeles, envuelta en humo de tabaco, y el Niño Jesús mamaba de sus pechos.

Cuando tenía cuarenta y dos, fue acusada de brujería y encerrada en la cárcel de Río de Janeiro.

Cuando tenía cuarenta y tres, los teólogos confirmaron que era bruja porque pudo soportar sin una queja, durante largo rato, una vela encendida bajo la lengua.

Cuando tenía cuarenta y cuatro, fue enviada a Lisboa, a la cárcel de la Santa Inquisición. Entró en las cámaras de tormento, para ser interrogada, y nunca más se supo.

Fuente: Galeano, E. (2008), Espejos, Siglo XXI, Buenos Aires.

3/11/23

Perón

Por Eduardo Galeano

1945

Buenos Aires


Imagen tomada de https://shorturl.at/fnyGZ

El general MacArthur se hace cargo de los japoneses y Spruille Braden se ocupa de los argentinos. Para conducir a los argentinos por la buena senda de la Democracia, el embajador norteamericano Braden reúne a todos los partidos, desde el Conservador hasta el Comunista, en un frente único contra Juan Domingo Perón. Según el Departamento de Estado, el coronel Perón, ministro de Trabajo del gobierno, es el jefe de una banda de nazis. La revista «Look» afirma que se trata de un pervertido, que en los cajones de su escritorio guarda fotos de indias desnudas de la Patagonia junto a las imágenes de Hitler y Mussolini.

Volando recorre Perón el camino a la presidencia. Lleva del brazo a Evita, actriz de radioteatro, de ojos febriles y entradora voz; y cuando él se cansa o duda o se asusta, es ella quien lo lleva. Perón reúne más gente que todos los partidos juntos. Cuando lo acusan de agitador, responde que a mucha honra. Los copetudos, los de punta en blanco, corean el nombre del embajador Braden en las esquinas del centro de Buenos Aires, agitando sombreros y pañuelos, pero en los barrios obreros gritan el nombre de Perón las descamisadas multitudes. El pueblo laburante, desterrado en su propia tierra, mudo de tanto callar, encuentra patria y voz en este raro ministro que se pone siempre de su lado.

El prestigio popular de Perón crece y crece a medida que él desempolva olvidadas leyes sociales o crea leyes nuevas. Suyo es el estatuto que obliga a respetar los derechos de quienes se desloman trabajando en estancias y plantaciones. El estatuto no se queda en el papel y así el peón de campo, casi cosa, se hace obrero rural con sindicato y todo.

Fuente: Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo Veintiuno, Madrid.

27/10/23

Pol Pot contra los budistas

Por Agustín Pániker

Entre 1864 y 1953, [Camboya] … fue una colonia francesa, hasta que el rey Sihanouk negoció la independencia. Sihanouk halló en el budismo una vía media entre el comunismo vietnamita y el capitalismo tailandés, pero fue depuesto en 1970 por un golpe militar auspiciado por los Estados Unidos. En 1975 entraron en escena los "jemeres rojos" de Pol Pot. Camboya pasó por una fase nefasta de su historia. Los "jemeres rojos" consideraron que el budismo era extranjero, parasitario y antipatriota, de modo que llevaron a cabo una de las más terroríficas persecuciones que el budismo –o cualquier religión– haya conocido. Unos 60.000 monjes fueron eliminados y muchos miles forzados a exiliarse o llevados a "campos de reeducación". Los templos y monasterios fueron destruidos. Irónicamente, la intervención vietnamita (enemigos tradicionales de los jemeres) supuso un cierto alivio para el Samgha camboyano. Con la salida de los vietnamitas, el gobierno decretó a principios de los 1990s que el budismo sería de nuevo la religión del Estado y volvió a nombrar un sangha-raja (llamado sangh-rash en Camboya). Los monasterios fueron reparados y la estructura monástica reconstruida. Destaca el papel del carismático monje Maha Ghosananda, un sangh-rash clave en la transición posterior al régimen de Pol Pot.

Fuente: Pániker, A. (2018), Las tres joyas, Kairós, Barcelona.

20/10/23

La deuda ajena

Por Eduardo Galeano

Mayo

14

En el día de hoy de 1948, nació el estado de Israel.

Pocos meses después, ya había más de ochocientos mil palestinos expulsados, y más de quinientas aldeas demolidas.

Esas aldeas, donde crecían los olivos, las higueras, los almendros y los árboles frutales, yacen sepultadas bajo las autopistas, los centros comerciales y los parques de diversiones. Son muertas sin nombre. El Comité de Nombres de las nuevas autoridades ha rebautizado el mapa.

Ya poca Palestina queda. La implacable devoración del mapa invoca títulos de propiedad, generosamente otorgados por la Biblia, y se justifica por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió.

La cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos pagan esa deuda ajena.

Fuente: Galeano, E. (2012), Los hijos de los días, Siglo Veintiuno, Buenos Aires.

13/10/23

El fundamentalismo islámico

Por Noam Chomsky

Una de las razones por las que Hezbolá se ha hecho tan poderosa es que el gobierno libanés no hizo prácticamente nada por los chiitas más pobres del sur de Beirut y el sur de Líbano. El prestigio de esta organización proviene no sólo de acaudillar la guerrilla que expulsó a Israel de Líbano en 2000, sino de proporcionar servicios sociales: salud, escolarización, ayuda económica, etc. Para muchos libaneses, Hezbolá es el gobierno. Como pasa con otros movimientos fundamentalistas islámicos, ésa es la razón de su enorme éxito popular. No es deseable tener agentes no estatales dentro del estado, y mucho menos militarizados, pero seguirá ocurriendo mientras no se solucionen los problemas fundamentales. Es casi inevitable. De hecho, Estados Unidos e Israel contribuyeron considerablemente al surgimiento del fundamentalismo extremista islámico al destruir el nacionalismo secular. Si eliminas el nacionalismo secular, la gente no va a decir: «Vale, córtame el cuello». Recurrirán a algo. Y ese algo es el fanatismo religioso extremista.

Más aún, a veces se han promovido estos movimientos deliberadamente. Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido el principal impulsor mundial del fundamentalismo islámico extremista. El aliado más antiguo y apreciado de Estados Unidos en el mundo árabe es Arabia Saudí. Comparado con ella, Irán es un paraíso democrático. La amenaza para la tiranía extremista religiosa de Arabia Saudí era el nacionalismo secular, encarnado principalmente por Gamal Abdel Nasser, que se convirtió en enemigo de Estados Unidos porque suponía una amenaza para la base estadounidense del fundamentalismo religiosa extremista, Arabia Saudí, el país que controla el petróleo, la razón de fondo. En 1967, Israel prestó un gran servicio a Estados Unidos, Araba Saudí y las petrolíferas eliminando el nacionalismo árabe secular, que amenazaba con emplear los recursos de la zona para cubrir las necesidades de la población. Intolerable. Son «nuestros» recursos, como dijo George Kennan hace mucho tiempo, y tenemos que «protegerlos».

No es la primera vez que ocurre. Israel creó Hamás cuando destruyó la Organización para la Liberación de Palestina, partidaria de negociar y llegar a un acuerdo. Dado que eso era lo último que Israel y Estados Unidos deseaban, la destruyeron. ¿Qué ocurrió entonces? La población no se desintegró. Se refugió en otra cosa, a saber, en el fundamentalismo religioso.

Fuente: Chomsky, N. (2007), Lo que decimos, se hace, Península, Barcelona.

6/10/23

Los talibanes contra las mujeres

Por Amnistía Internacional

[En 2022 en Afganistán] los talibanes cerraron el Ministerio de Asuntos de la Mujer y lo sustituyeron por el Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, que emitía decretos restrictivos y abusivos sobre los derechos de las mujeres y las niñas. Cuando las mujeres protestaban contra estas restricciones, se les respondía con detenciones ilegítimas y violencia.

Las niñas siguieron teniendo vetada la educación secundaria y, a partir de diciembre, también la superior. Antes de eso, las mujeres que asistían a la universidad tenían que acudir a aulas separadas por sexos y con el cuerpo cubierto de la cabeza a los pies, entre otras restricciones. Las mujeres tenían dificultades para matricularse tanto en los cursos como en el examen nacional de acceso a la universidad y, en algunos casos, se les impedía entrar en los edificios universitarios, con lo que la educación superior quedaba casi fuera de su alcance. Además, se les prohibía estudiar determinadas materias. Al concluir el año, sólo se permitía a las mujeres y las niñas asistir a escuelas primarias.

Se fue impidiendo cada vez más a mujeres y niñas el libre acceso a otros espacios públicos a través de una serie de medidas. Los talibanes impusieron un código indumentario, obligaron a las mujeres a llevar un acompañante (mahram) para aparecer en público y prohibieron a mujeres y niñas ir a parques públicos. En agosto, los medios de comunicación informaron de que se había negado el derecho a salir de Afganistán a 60 estudiantes universitarias por no tener mahram. Estas normas se aplicaban de manera arbitraria y al azar, por lo que muchas mujeres decidían no viajar solas.

Los talibanes comunicaron que si una mujer o niña infringía las restricciones impuestas se responsabilizaría de ello a sus familiares varones. En consecuencia, las familias restringieron los derechos de sus miembros femeninos por temor a las represalias de las autoridades talibanas. Los talibanes reprimieron con dureza a las mujeres que protestaban contra estas restricciones en público o en las redes sociales, propinándoles palizas, arrestándolas, deteniéndolas ilegítimamente o arrestando a familiares suyos, principalmente. Algunas de las mujeres arrestadas, incluidas las que huían de abusos, fueron acusadas del impreciso y ambiguo “delito” de “corrupción moral”. Sin embargo, tras la toma del poder por los talibanes, la aplicabilidad de la legislación anterior era, en general, dudosa, ya que éstos imponían públicamente su interpretación estricta y restrictiva de la sharia (ley islámica) en el país. Aunque siguió habiendo protestas a lo largo de todo el año, éstas encontraron cada vez mayor oposición de la policía talibana, que bloqueaba su recorrido y detenía a periodistas que intentaban informar al respecto.

El desmantelamiento de anteriores estructuras del gobierno, como el Ministerio de Asuntos de la Mujer y la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, y la transformación del sistema judicial en aplicación de la sharia, basada en preceptos religiosos, redujo las salvaguardas con las que contaban antes las mujeres y las niñas. En consecuencia, aumentaron las noticias sobre violencia de género intrafamiliar y matrimonios forzados. No había ningún mecanismo fiable al que pudieran recurrir las mujeres víctimas de ese tipo de violencia. Los tribunales y las fiscalías que antes se encargaban de investigar y juzgar los casos de violencia de género permanecían cerrados, y tanto las autoridades talibanas como los mecanismos comunitarios de resolución de disputas castigaban a las mujeres por denunciar la violencia de género intrafamiliar.

Además, a partir del mes de diciembre, los talibanes prohibieron a las mujeres y las niñas trabajar con ONG. Éstas y otras restricciones impuestas por los talibanes sobre el derecho de las mujeres a trabajar fuera de casa afectaron profundamente a la capacidad de éstas para ganarse la vida –sobre todo cuando sus ingresos eran los únicos de toda la unidad familiar– en un momento de cada vez mayor inseguridad alimentaria en el país.

Fuente: Amnistía Internacional (2023), Informe 2022/23, EDAI, Madrid.

29/9/23

Recibo cartas

Por Bertrand Russell

Recibo muchas cartas de hindúes, suplicándome que adopte alguna forma de misticismo; de jóvenes norteamericanos, pidiéndome que les diga hasta dónde se debe llegar con las caricias; y de polacos, instándome a que admita que si bien todos los demás nacionalismos son malos, el de Polonia es absolutamente noble.

Recibo cartas de ingenieros que no pueden entender a Einstein, y de curas que piensan que no puedo entender el Génesis; de maridos cuyas mujeres los han abandonado, y no es que les importe (dicen), pero ellas se han llevado los muebles, y en esas circunstancias, ¿qué ha de hacer un hombre ilustrado?

Recibo cartas de judíos que me dicen que Salomón no fue polígamo, y de católicos que afirman que Torquemada no fue un perseguidor. Recibo cartas (de cuya autenticidad sospecho) tratando de que defienda el aborto, y otras de jóvenes madres pidiendo mi opinión sobre el biberón.

Fuente: Russell, B. (2010), Autobiografía, Edhasa, Barcelona.

22/9/23

Una sociedad mejor

Por Noam Chomsky

No soy lo suficientemente inteligente –ni creo que nadie lo sea– para describir cómo sería una sociedad ideal, pero creo que podemos hablar de cómo sería una sociedad mejor. A mi entender, sería una sociedad en que las decisiones estuviesen en manos de una población informada y comprometida. Es un prerrequisito para tomar decisiones razonables y racionales. En cuanto a las instituciones, implicaría que los trabajadores poseerían y gestionarían las fábricas, que las comunidades estarían controladas por la propia comunidad y que el control popular gestionaría otras instituciones. Las relaciones entre asociaciones de voluntarios conducirían a una toma de decisiones de base más amplia por parte de representantes que estarían sometidos al control directo de abajo y sujetos a una retirada inmediata.

También se propiciaría la disolución de las fronteras nacionales, algo que sin duda es concebible, pues hasta cierto punto ya ha tenido lugar en Europa. En términos generales implicaría un sistema cada vez más global basado en la ayuda y el apoyo mutuos, una producción destinada al uso más que a los beneficios y la preocupación por la supervivencia de la especie. Creo que todas esas medidas conducirían a una sociedad mejor. Y todas son viables.

Chomsky, N. (2017), Malestar global, Sexto Piso, Madrid.

15/9/23

La vida del Buda

Por Agustín Pániker

La vida del Buda contrasta con las de otros sabios o líderes espirituales de la antigüedad, enmarañados en la historia política y con un fuerte componente trágico. Que sepamos, no hay persecución, hégira ni martirio del Buda.

Su vida se asemeja a la de otros despiertos, santos y dioses de la India. Tanto, que parece adecuarse a un modelo prototípico. (Es tan similar a la de Mahavira que los estudiosos occidentales del siglo XIX se hicieron un buen lío entre ambos personajes.) Con mínimas variantes, su leyenda se ajusta a un estereotipo que abarca a los buddhas anteriores y futuros (ya que el modelo para alcanzar la budeidad no permite demasiadas variables). Aun así, nada hay en los trazos principales de su historia que nos haga dudar de su verosimilitud.

Tenemos a un hombre que vivió hace unos 2.500 años; a los 29 renunció al mundo; a los 35 tuvo su experiencia de despertar; luego, predicó y organizó una comunidad durante 45 años; y, finalmente, murió de causas naturales como un anciano a los 80. No fue ningún salvador del mundo ni un profeta ni un mesías, ni un dios... De hecho, al igual que algunos sabios de la China o la Grecia antiguas, el Buda propuso una transformación completa del ser humano sin recurrir a las divinidades y a la parafernalia religiosa. Pero tan grande fue el impacto de la vida y la personalidad del "Despierto" en la sociedad de su época, tan profundas fueron las verdades que aprehendió, tan excelsa fue su exposición del camino que nos libera del sufrimiento, que sus seguidores pronto le dieron nombres como Bhagavant ("Bienaventurado"), Jina ("Vencedor"), Vira ("Héroe"), Shakyamuni ("Sabio de los shakyas"), Anuttara ("Insuperable"), Tathagata ("El que así ha ido y ha venido"; es decir, el que ha ido más allá, al nirvana, y ha regresado para vivir y enseñar una vida acorde), o el más repetido de todos: Buddha ("Despierto"). Con los siglos, se erigiría en una de las figuras que mayor influencia ha dejado en el mundo.

Fuente: Pániker, A. (2018), Las tres joyas, Kairós, Barcelona.

8/9/23

El colapso económico de Venezuela

Por Noam Chomsky

Lo que ha ocurrido en Venezuela … es un caso extremo de lo que sucede en toda Latinoamérica, y es muy trágico. El propio Chávez intentó promover cambios importantes y positivos, pero el modo en que los llevó a cabo tenía defectos esenciales. Para empezar, se hizo de arriba abajo, no provenía de la base. Se intentó organizar un activismo popular, pero es muy difícil averiguar –al menos yo no lo he logrado– hasta qué punto lo consiguieron.

También existía un importante grado de corrupción e incompetencia que minó gravemente sus esfuerzos. No sabemos cuán alto llegaba. Por último, no se produjeron cambios en cuanto a la dependencia económica de un único recurso, el petróleo. En realidad, probablemente Venezuela se volvió más dependiente si cabe. Aunque el país podría contar con una rica economía agrícola y una productiva economía industrial, depende abrumadoramente de sus exportaciones de petróleo.

Creo que el mismo Chávez era consciente de ello. Durante una importante charla ante las Naciones Unidas, señaló que Venezuela es un exportador de combustible fósil, pero dijo que productores y consumidores debían unirse para encontrar la forma de librar al mundo de los combustibles fósiles porque eran muy destructivos. Es una postura muy poco habitual en alguien cuya economía depende de la producción de petróleo. Ridiculizaron a Chávez por llamar a George W. Bush «el diablo» en esa reunión, pero no vi que nadie se hiciese eco de sus comentarios sobre los combustibles fósiles.

La combinación de iniciativas creadas desde arriba, el fracaso en avanzar hacia la diversificación, la corrupción, la incompetencia…, la unión de todos esos factores ha llevado al colapso económico de Venezuela.

Chomsky, N. (2017), Malestar global, Sexto Piso, Madrid. (Hice ligeros cambios en el texto para mejorar la traducción)

1/9/23

No me pisen las flores

Por Eduardo Galeano

En 1871, una revolución dejó a París, por segunda vez, en manos de los comuneros.

Charles Baudelaire comparó a la policía con el dios Júpiter, y advirtió que el culto de la belleza desaparece cuando no hay aristocracia.

Théophile Gautier dio testimonio:

Las bestias malolientes, con sus aullidos salvajes, nos invaden.

El efímero gobierno de la Comuna quemó la guillotina, ocupó los cuarteles, separó la Iglesia del Estado, entregó a los obreros las fábricas cerradas por los patrones, prohibió el trabajo nocturno y estableció la enseñanza laica, gratuita y obligatoria.

La enseñanza laica, gratuita y obligatoria no hará más que aumentar el número de los imbéciles –profetizó Gustave Flaubert.

Poco duró la Comuna. Dos meses y algo. Las tropas que habían huido a Versalles volvieron al ataque y, tras varios días de combate, arrasaron las barricadas obreras y fusilando celebraron la victoria. Durante una semana fusilaron noche y día, ráfagas de ametralladoras que mataban de a veinte en veinte. Entonces Flaubert aconsejó no tener compasión con los perros rabiosos y como primer remedio recomendó acabar con el sufragio universal, que es una vergüenza del espíritu humano.

También Anatole France celebró la carnicería:

Los comuneros son un comité de asesinos, una partida de bribones. Por fin el gobierno del crimen y de la demencia se está pudriendo ante los pelotones de fusilamiento.

Emile Zola anunció

El pueblo de París calmará sus fiebres y crecerá en sabiduría y esplendor.

Los vencedores erigieron la Basílica del Sacré-Coeur, en la colina de Montmartre, para agradecer a Dios la victoria concedida.

Mucho atrae a los turistas esa gran torta de crema.

Fuente: Galeano, E. (2008), Espejos, Siglo XXI, Buenos Aires.

25/8/23

La historia que será

Por Eduardo Galeano

1563

Fortín de Arauco

El cerco ahoga. En este fortín de frontera, dos veces quemado y vuelto a nacer, casi no queda agua. Pronto habrá que beber lo poco que se mea. Tantas flechas han caído adentro que los españoles las usan de leña para guisar.

El jefe de los araucanos se acerca, de a caballo, hasta el pie de la muralla:

–¡Capitán! ¿Me oyes?

Lorenzo Bernal se asoma desde lo alto.

El jefe indígena anuncia que rodearán la fortaleza con paja y le prenderán fuego. Dice que no han dejado hombre con vida en Concepción.

–¡Nada! –grita Bernal.

–¡A rendirse, capitán! ¡No tienen salida!

–¡Nada! ¡Nunca!

El caballo se para en dos patas.

–Entonces, ¡morirán!

–Pues moriremos –dice Bernal, y grita: «¡Pero a la larga, ganaremos la guerra! ¡Nosotros seremos cada vez más!»

El indio responde con una carcajada.

–¿Con qué mujeres? –pregunta.

–Si no hay españolas, tendremos las vuestras –dice el capitán, lento, saboreando, y añade:

Y les haremos hijos que serán vuestros amos.

Fuente: Galeano, E. (1982), Memoria del fuego I. Los nacimientos, Siglo XXI, México, D.F.

18/8/23

Ventana sobre la herencia

Por Eduardo Galeano

Pola Bonilla modelaba barros y niños. Ella era ceramista de buena mano y maestra de escuela en los campos de Maldonado; y en los veranos ofrecía a los turistas sus cacharros y chocolate con churros.

Pola adoptó a un negrito nacido en la pobreza, de los muchos que llegan al mundo sin un pan bajo el brazo, y lo crió como hijo.

Cuando ella murió, él ya era hombre crecido y con oficio. Entonces los parientes de Pola le dijeron:

Entrá en la casa y llevate lo que quieras.

Él salió con la foto de ella bajo el brazo y se perdió en el camino.

Fuente: Galeano, E. (1993), Las palabras andantes, Siglo Veintiuno, México, D.F.

11/8/23

El pensamiento

Por Bertrand Russell

Se dirá que la alegría de la aventura mental debe ser rara, que pocos pueden apreciarla, y que la educación ordinaria no puede tener en cuenta un bien tan aristocrático. No lo creo. La alegría de la aventura mental es mucho más común en los jóvenes que en los hombres y mujeres adultos. Entre los niños es muy común y surge naturalmente cuando fingen y fantasean. Es rara en la edad adulta porque se hace todo lo posible para matarla durante la educación. Los hombres temen al pensamiento como no temen a nada en la tierra: más que la ruina, más incluso que la muerte. El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible; el pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y los hábitos cómodos; el pensamiento es anárquico y no tiene ley, indiferente a la autoridad, descuidado de la sabiduría probada del pasado. El pensamiento mira hacia el abismo del infierno y no tiene miedo. Ve al hombre, una mota débil, rodeado de insondables profundidades de silencio, y sin embargo orgulloso, impasible como si fuera el señor del universo. El pensamiento es grande, veloz y libre, la luz del mundo y la principal gloria del hombre.

Fuente: Russell, B. (1916), Why Men Fight, Routledge, London. (La traducción es mía)

4/8/23

Jean-Claude Villeneuve

Por Roberto Bolaño

Con cualquier otra persona aquello se hubiera convertido en una velada de lo más desagradable, pero quien hablaba era Jean-Claude Villeneuve, el más grande modisto de Francia, es decir del mundo, y el tiempo se me fue volando mientras oía una historia sucinta de su infancia y adolescencia, de su juventud, de sus reservas en materia sexual, de sus experiencias con algunos hombres y con algunas mujeres, de su inveterada soledad, de su mórbido deseo de no causar daño a nadie que tal vez encubría el oculto deseo de que nadie le hiciese daño a él, de sus gustos artísticos que admiré y envidié con toda mi alma, de su inseguridad crónica, de sus disputas con algunos modistos famosos, de sus primeros trabajos para una casa de alta costura, de sus viajes iniciáticos sobre los que no quiso profundizar, de su amistad con tres de las mejores actrices del cine europeo, de su relación con el par de seudoartistas de la morgue que le conseguían de tanto en tanto cadáveres con los que pasaba sólo una noche, de su fragilidad, de su fragilidad que se asemejaba a una demolición en cámara lenta e infinita, hasta que por las cortinas de la sala principal se deslizaron las primeras luces de la mañana y Villeneuve dio por concluida su larga exposición.

Fuente: Bolaño, R. (2001), Putas asesinas, Penguin Random House, Barcelona.

28/7/23

Tres pasiones

Por Bertrand Russell

Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación.

He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad, esa terrible soledad en que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura mística, la visión anticipada del cielo que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que –al fin– he hallado.

Con igual pasión he buscado el conocimiento. He deseado entender el corazón de los hombres. He deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de aprehender el poder pitagórico en virtud del cual el número domina al flujo. Algo de esto he logrado, aunque no mucho.

El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el cielo. Pero siempre la piedad me hacía volver a la tierra. Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierte en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente aliviar el mal, pero no puedo, y yo también sufro.

Ésta ha sido mi vida. La he hallado digna de vivirse, y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciese la oportunidad.

Fuente: Russell, B. (2010), Autobiografía, Edhasa, Barcelona.

21/7/23

Paz y prosperidad

Por Ian Kershaw

Para la mayoría de observadores, tanto en el interior como en el exterior, el régimen de Hitler parecía estable, fuerte y victorioso tras cuatro años en el poder. La posición del propio Hitler parecía intocable. La imagen de gran estadista y líder nacional de genio fabricada por la propaganda coincidía con los sentimientos y expectativas de una gran parte de la población. La reconstrucción interna del país y los triunfos nacionales en política internacional, todos ellos atribuidos a su «genio», lo convirtieron en el dirigente político más popular de cualquier nación de Europa. Lo que ansiaba la mayoría de los alemanes normales y corrientes, como la mayoría de la gente normal y corriente de todos los lugares y todas las épocas, era paz y prosperidad. Hitler parecía haber construido los cimientos para ellas. Había restituido la autoridad del gobierno y había restablecido el orden público. El hecho de que hubiera destruido las libertades civiles en el proceso sólo preocupaba a unos pocos. Había trabajo de nuevo y una gran prosperidad económica. Aquello era muy diferente al desempleo masivo y la quiebra económica de la democracia de Weimar. Naturalmente, aún quedaba mucho por hacer y seguían existiendo numerosos motivos de queja. El conflicto con las iglesias, que era la causa de un gran resentimiento, no era el menor de ellos. Pero, por lo general, la gente no responsabilizaba a Hitler. La mayoría creía que los aspectos negativos de la vida cotidiana no eran obra del Führer, que los culpables eran sus subordinados, que con frecuencia le ocultaban lo que ocurría.

Fuente: Kershaw, I. (2008), Hitler, Península, Barcelona.

14/7/23

Sankara

Por Eduardo Galeano

Imagen tomada de https://shorturl.at/hMPRW

Thomas Sankara cambió el nombre del Alto Volta. La antigua colonia francesa pasó a llamarse Burkina Faso, tierra de hombres honestos.

Tras el largo dominio colonial, los hombres honestos heredaron el desierto: campos exhaustos, ríos secos, bosques devastados. Uno de cada dos nacidos no llegaba vivo a los tres meses.

Sankara encabezó el cambio. La energía comunitaria se puso al servicio de la multiplicación de los alimentos, la alfabetización, el renacimiento de los bosques nativos y la defensa del agua, escasa y sagrada.

La voz de Sankara multiplicó sus ecos desde el África hacia el mundo:

Proponemos que se destine a la salvación de la vida en este planeta al menos el uno por ciento de las fabulosas sumas que se gastan estudiando la vida en otros planetas.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional nos niegan fondos para buscar agua a cien metros, pero nos ofrecen excavar pozos de tres mil metros para buscar petróleo.

Queremos crear un mundo nuevo. Nos negamos a elegir entre el infierno y el purgatorio.

Denunciamos a los hombres cuyo egoísmo causa el infortunio del prójimo. Sigue impune en el mundo la destrucción de la biosfera, con esos ataques asesinos contra la tierra y el aire.

En 1987, la llamada comunidad internacional decidió deshacerse de este nuevo Lumumba.

Se encomendó la tarea a su mejor amigo, Blaise Campaoré.

El crimen le otorgó poder perpetuo.

Fuente: Galeano, E. (2008), Espejos, Siglo XXI, Buenos Aires.

7/7/23

Millonarios con pobres

Por Marvin Harris

En el gran museo mundial de formas etnográficas exóticas, al menos una sociedad ha realizad un intento ingenioso de crear un sistema de clases lo más abierto posible mediante reglas especiales de matrimonio y filiación. Los natchez del bajo Mississippi estaban organizados en dos clases: gobernantes y plebeyos. Los primeros exploradores franceses llamaron a estos últimos stinkards. Los miembros del grupo dirigente estaban obligados a casarse con plebeyos (pero como había más plebeyos que gobernantes, la mayoría de los plebeyos se casaban con plebeyos). Los hijos de los miembros femeninos de la clase dirigente heredaban la posición de sus madres, pero los hijos de los miembros masculinos de la clase dirigente bajaban un grado con cada matrimonio. Así, un varón sol tenía un hijo varón noble, quien a su vez tenía un hijo varón stinkard. En cambio, los hijos de una sol seguían siendo soles; los hijos de una noble seguían siendo nobles, etc. Este sistema se podría comparar a una costumbre que obligara a todos los millonarios varones a casarse con mujeres pobres; no pondría fin a la distinción entre millonarios y pobres, pero ciertamente reduciría la distancia social entre ellos. La exogamia de la clase dirigente natchez probablemente indica un surgimiento bastante reciente a partir de una forma de organización no estratificada. Sin embargo, bajo otras circunstancias, no hay ninguna razón estructural para esperar que una clase dirigente acepte prescripciones matrimoniales exógamas que dispersan el poder.

Fuente: Harris, M. (1983), Antropología cultural, Alianza Editorial, Madrid.

30/6/23

Ser honesto

Por Noam Chomsky

[David Barsamian:] En octubre de 1998, justo seis meses antes de su muerte en Islamabad Eqbal Ahmad dio una charla en el MIT sobre el papel de los intelectuales. Dijo: «Tenéis que estar dispuestos a asumir riesgos». Se refería a los intelectuales. La otra cosa que dijo es: «Amar a la gente es primordial».

Eqbal era íntimo amigo mío, pero no estoy completamente de acuerdo con lo que dice. En primer lugar, no corremos grandes peligros por adoptar posturas disidentes, ni siquiera por participar en actividades de resistencia. Es verdad que hay riesgos, pero son insignificantes en comparación con los que corre la mayoría de la población mundial. Te critican, te ridiculizan, te difaman. Quizá no puedas ir a las cenas y fiestas apropiadas. Pero, ¿son eso riesgos? Piensa en cómo vive la mayoría del planeta. A los intelectuales se los llama así porque son privilegiados, no porque sean muy listos ni sepan mucho. Hay mucha gente que sabe más y es más lista, pero no es intelectual porque no tiene ese privilegio. Los que reciben el nombre de intelectuales son privilegiados. Disponen de recursos y oportunidades, y se ha conseguido suficiente libertad como para que el Estado no tenga una capacidad ilimitada de coacción. Es cierto que tiene cierta capacidad de coacción, pero no demasiada, mucho menos de lo que la gente dice. A veces ocurren cosas inadmisibles–a alguno lo echan del trabajo–, pero, en general, los peligros que corren los privilegiados son mínimos. Por tanto, no creo que se trate de asumir riesgos. Se trata de ser honesto.

¿Amar a la gente? Sí, por supuesto, o, al menos, comprometerse con ella y con sus necesidades.

Fuente: Chomsky, N. (2007), Lo que decimos, se hace, Península, Barcelona.

23/6/23

El circo

Por Gabriel García Márquez

Santa Sofía de la Piedad abandonó lo que estaba haciendo en la cocina y corrió hacia la puerta.

–Es el circo –gritó.

En vez de ir al castaño, el coronel Aureliano Buendía fue también a la puerta de la calle y se mezcló con los curiosos que contemplaban el desfile. Vio una mujer vestida de oro en el cogote de un elefante. Vio un dromedario triste. Vio un oso vestido de holandesa que marcaba el compás de la música con un cucharón y una cacerola. Vio los payasos haciendo maromas en la cola del desfile, y le vio otra vez la cara a su soledad miserable cuando todo acabó de pasar, y no quedó sino el luminoso espacio en la calle, y el aire lleno de hormigas voladoras, y unos cuantos curiosos asomados al precipicio de la incertidumbre. Entonces fue al castaño, pensando en el circo, y mientras orinaba trató de seguir pensando en el circo, pero ya no encontró el recuerdo. Metió la cabeza entre los hombros, como un pollito, y se quedó inmóvil con la frente apoyada en el tronco del castaño. La familia no se enteró hasta el día siguiente, a las once de la mañana, cuando Santa Sofía de la Piedad fue a tirar la basura en el traspatio y le llamó la atención que estuvieran bajando los gallinazos.

Fuente: García Márquez, G. (1967), Cien años de soledad, Random House Mondadori, Buenos Aires.

16/6/23

Teólogos y utopistas

Por Mario Bunge

De todos los consejeros, los más ridículos son los que pretenden planear en detalle la vida de todo un pueblo. Entre ellos descuellan los teólogos integristas y los utopistas sociales. Los primeros han pretendido regular las vidas privadas sin tocar la sociedad, como si las virtudes y los pecados fueran totalmente independientes de las circunstancias sociales. No hay costumbre tan arraigada que no sea afectada por una revolución social, tal como la abolición de la esclavitud o la emergencia de la producción en masa. Ni hay santo que salga incólume de un campo de concentración ni delincuente que prospere en una aldea.

En cambio, los utopistas sociales, tales como Fourier, Owen y Saint-Simon, se propusieron cambar la sociedad de raíz arrancando las causas de la injusticia social. Imaginaron sociedades perfectamente justas, y al mismo tiempo tan perfectamente ordenadas y reglamentadas que hacían imposibles tanto la iniciativa individual como la invención de nuevas instituciones. Se explica: ninguno de esos pensadores se enteró de la única lección que puede enseñar la historia, a saber, que todo cambia. Además, ninguno de ellos tuvo la experiencia necesaria para afrontar problemas prácticos (Robert Owen fue excepcional; era empresario industrial y fundó dos comunas que funcionaron durante un tiempo: Lanark en Gran Bretaña y New Lanark en los EE UU).

Aunque muy diferentes entre sí, tanto los fanáticos religiosos como los utopistas sociales compartieron una característica: pretendieron encuadrar bajo un régimen y en detalle las vidas privadas. O sea, se propusieron eliminar la libertad individual: la libertad de conciencia y de palabra, de elegir ocupación, residencia y esposo, de concebir niños e ideas, de comer y de beber, etcétera. Todo estaba previsto minuciosamente. En otras palabras, unos y otros fueron antiliberales.

Fuente: Bunge, M. (2006), 100 ideas, Laetoli, Pamplona.