30/12/21

Escuchar el llanto de las víctimas

Por Noam Chomsky

Las víctimas reales de la «agonía estadounidense» son los millones de personas atormentadas y dolientes de gran parte del Tercer Mundo. Nuestras instituciones ideológicas altamente refinadas nos protegen para que no veamos su desesperada situación ni nuestra contribución a su mantenimiento. Si somos honestos y tenemos la suficiente valentía moral, no dejaremos pasar ni un día más sin escuchar el llanto de las víctimas. Podríamos poner la radio por las mañanas y escuchar las voces de la gente que escapó de las matanzas de Quiché y de las montañas de Guazapa; y la prensa diaria publicaría en sus portadas las fotografías de los niños muertos a causa de la enfermedad y de la desnutrición en los países en los que reina el orden, y las cosechas y el ganado se exportan al mercado estadounidense, con una explicación de por qué estas cosas son así. Oiríamos las extensas y detalladas historias de terror y de tortura que se producen en nuestras posesiones, recopiladas por Amnesty International, Americas Watch, Survival International y otras organizaciones de derechos humanos. Pero, afortunadamente, nos aislamos de la espeluznante realidad. Actuando así, nos sumimos en un nivel de depravación moral que tiene pocos equivalentes en el mundo moderno, es más, quizá estemos también poniendo la base de nuestra propia destrucción.

Fuente: Chomsky, N. (1985), La quinta libertad, Crítica, Barcelona.

23/12/21

Vasco de Quiroga

Por Eduardo Galeano

1560

Michoacán

Cristianismo primitivo, comunismo primitivo: el obispo de Michoacán redacta las ordenanzas para sus comunidades evangélicas. Él las ha fundado inspirándose en la Utopía de Tomás Moro, en los profetas bíblicos y en las antiguas tradiciones de los indios de América.

Los pueblos creados por Vasco de Quiroga, donde nadie es dueño de nadie ni de nada y no se conoce el hambre ni el dinero, no se multiplicarán, como él quisiera, por todo México. El Consejo de Indias jamás se tomará en serio los proyectos del insensato obispo ni echará siquiera una ojeada a los libros que él, porfiadamente, recomienda. Pero ya la utopía ha regresado a América, que era su realidad de origen. La quimera de Tomás Moro ha encarnado en el pequeño mundo solidario de Michoacán; y los indios de aquí sentirán suya, en los tiempos por venir, la memoria de Vasco de Quiroga, el alucinado que clavó los ojos en el delirio para ver más allá del tiempo de la infamia.

Fuente: Galeano, E. (1982), Memoria del fuego I. Los nacimientos, Siglo XXI, México, D.F.

16/12/21

Mahoma versus los judíos

Por Jesús Mosterín

Al negarse los judíos a reconocerlo como su profeta, el decepcionado Mahoma reaccionó vindicativamente. Hizo matar a varios de sus críticos y, con excusas triviales, expulsó de la ciudad a la tribu judía de los Banu Qaynuqa en 623 y a la de los descendientes de al-Nadir en 625. Hombres, mujeres y niños hebreos tuvieron que abandonar sus casas y campos con lo puesto. Todos sus bienes fueron confiscados y entregados al profeta, que repartió las casas ahora vacías entre sus seguidores llegados de La Meca. Si dos de las tres tribus judías de Medina fueron expulsadas de la ciudad, la tercera, la de los Banu Qurayza, tuvo un destino aún más aciago. Mahoma acabó condenando a muerte a sus hombres y reduciendo a la esclavitud a sus mujeres e infantes. Acusados por Mahoma de conspirar con los hebreos de Jaibar, los judíos qurayzíes fueron encerrados durante un mes en su propio barrio, hasta que «Dios introdujo el terror en sus corazones». Aunque los judíos se rindieron a los muslimes, no les sirvió de nada; la totalidad de los hombres judíos adultos fueron pasados a cuchillo y la totalidad de las mujeres e infantes fueron repartidos o vendidos como esclavos. Los seguidores de Mahoma cavaron zanjas cerca del mercado y arrojaron a ellas más de 700 cabezas cortadas de judíos.

Fuente: Mosterín, J. (2012), El islam, Alianza Editorial, Madrid. 

9/12/21

Puros y perros falderos

Por Bertrand Russell

El proyecto anarquista de la distribución gratuita y equitativa de los productos derivados del trabajo no evita la necesidad de alguna medida de valor que posibilite el intercambio. Puesto que cada uno elegiría una porción diferente y, por ejemplo, al repartirse los bienes de lujo, las damas ancianas no querrían su cuota de puros ni los jóvenes un perro faldero. Esto exigiría un mecanismo que estableciera a cuántos puros equivaldría un perro faldero. Con diferencia, la fórmula más simple consistiría en seguir entregando unos ingresos y permitir que estos valores relativos se ajustaran a la demanda. En caso de que se recurriera a un sistema monetario, alguien podría empezar a acumular dinero y llegar a convertirse, con el tiempo, en un capitalista. A fin de prevenir esto, lo mejor sería entregar unos billetes que sólo pudieran utilizarse durante cierto periodo, pongamos por caso, un año desde la fecha de su emisión. Esto permitiría ahorrar para las vacaciones anuales, pero no indefinidamente.

Fuente: Russell, B. (1918), Caminos de libertad, Tecnos, Madrid.

2/12/21

Thomas Müntzer

Por Eduardo Galeano

Thomas Müntzer encabezó la insurrección campesina, en Alemania, en 1525.

Este sacerdote, enemigo de los príncipes y los señores de la tierra y de la guerra, fue seguido por una multitud de hombres que se negaban a ser propiedad de otros hombres.

Lutero maldijo a este loco de remate, su hijo renegado:

Yo no creería en Müntzer, aunque se hubiera tragado al Espíritu Santo con plumas y todo.

Y Müntzer le contestó:

Yo no creería en Lutero, aunque se hubiera tragado cien mil Biblias enteras.

La revolución ocupó tierras, incendió castillos y enfrentó al ejército y al alto clero, pero al cabo de un año cayó derrotada.

Los vencedores mataron a miles de siervos alzados y cortaron la cabeza de Müntzer, que fue exhibida, como lección, en la plaza de la ciudad imperial de Mühlhausen.

Fuente: Galeano, E. (2016), El cazador de historias, Siglo XXI, Ciudad de México.