Por Eduardo Galeano
1560
Michoacán
…
Cristianismo
primitivo, comunismo primitivo: el obispo de Michoacán redacta las ordenanzas
para sus comunidades evangélicas. Él las ha fundado inspirándose en la Utopía
de Tomás Moro, en los profetas bíblicos y en las antiguas tradiciones de los
indios de América.
Los pueblos creados por Vasco de Quiroga,
donde nadie es dueño de nadie ni de nada y no se conoce el hambre ni el dinero,
no se multiplicarán, como él quisiera, por todo México. El Consejo de Indias
jamás se tomará en serio los proyectos del insensato obispo ni echará siquiera
una ojeada a los libros que él, porfiadamente, recomienda. Pero ya la utopía ha
regresado a América, que era su realidad de origen. La quimera de Tomás Moro ha
encarnado en el pequeño mundo solidario de Michoacán; y los indios de aquí
sentirán suya, en los tiempos por venir, la memoria de Vasco de Quiroga, el
alucinado que clavó los ojos en el delirio para ver más allá del tiempo de la
infamia.
Fuente:
Galeano, E. (1982), Memoria del fuego I. Los nacimientos, Siglo
XXI, México, D.F.
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