29/9/23

Recibo cartas

Por Bertrand Russell

Recibo muchas cartas de hindúes, suplicándome que adopte alguna forma de misticismo; de jóvenes norteamericanos, pidiéndome que les diga hasta dónde se debe llegar con las caricias; y de polacos, instándome a que admita que si bien todos los demás nacionalismos son malos, el de Polonia es absolutamente noble.

Recibo cartas de ingenieros que no pueden entender a Einstein, y de curas que piensan que no puedo entender el Génesis; de maridos cuyas mujeres los han abandonado, y no es que les importe (dicen), pero ellas se han llevado los muebles, y en esas circunstancias, ¿qué ha de hacer un hombre ilustrado?

Recibo cartas de judíos que me dicen que Salomón no fue polígamo, y de católicos que afirman que Torquemada no fue un perseguidor. Recibo cartas (de cuya autenticidad sospecho) tratando de que defienda el aborto, y otras de jóvenes madres pidiendo mi opinión sobre el biberón.

Fuente: Russell, B. (2010), Autobiografía, Edhasa, Barcelona.

22/9/23

Una sociedad mejor

Por Noam Chomsky

No soy lo suficientemente inteligente –ni creo que nadie lo sea– para describir cómo sería una sociedad ideal, pero creo que podemos hablar de cómo sería una sociedad mejor. A mi entender, sería una sociedad en que las decisiones estuviesen en manos de una población informada y comprometida. Es un prerrequisito para tomar decisiones razonables y racionales. En cuanto a las instituciones, implicaría que los trabajadores poseerían y gestionarían las fábricas, que las comunidades estarían controladas por la propia comunidad y que el control popular gestionaría otras instituciones. Las relaciones entre asociaciones de voluntarios conducirían a una toma de decisiones de base más amplia por parte de representantes que estarían sometidos al control directo de abajo y sujetos a una retirada inmediata.

También se propiciaría la disolución de las fronteras nacionales, algo que sin duda es concebible, pues hasta cierto punto ya ha tenido lugar en Europa. En términos generales implicaría un sistema cada vez más global basado en la ayuda y el apoyo mutuos, una producción destinada al uso más que a los beneficios y la preocupación por la supervivencia de la especie. Creo que todas esas medidas conducirían a una sociedad mejor. Y todas son viables.

Chomsky, N. (2017), Malestar global, Sexto Piso, Madrid.

15/9/23

La vida del Buda

Por Agustín Pániker

La vida del Buda contrasta con las de otros sabios o líderes espirituales de la antigüedad, enmarañados en la historia política y con un fuerte componente trágico. Que sepamos, no hay persecución, hégira ni martirio del Buda.

Su vida se asemeja a la de otros despiertos, santos y dioses de la India. Tanto, que parece adecuarse a un modelo prototípico. (Es tan similar a la de Mahavira que los estudiosos occidentales del siglo XIX se hicieron un buen lío entre ambos personajes.) Con mínimas variantes, su leyenda se ajusta a un estereotipo que abarca a los buddhas anteriores y futuros (ya que el modelo para alcanzar la budeidad no permite demasiadas variables). Aun así, nada hay en los trazos principales de su historia que nos haga dudar de su verosimilitud.

Tenemos a un hombre que vivió hace unos 2.500 años; a los 29 renunció al mundo; a los 35 tuvo su experiencia de despertar; luego, predicó y organizó una comunidad durante 45 años; y, finalmente, murió de causas naturales como un anciano a los 80. No fue ningún salvador del mundo ni un profeta ni un mesías, ni un dios... De hecho, al igual que algunos sabios de la China o la Grecia antiguas, el Buda propuso una transformación completa del ser humano sin recurrir a las divinidades y a la parafernalia religiosa. Pero tan grande fue el impacto de la vida y la personalidad del "Despierto" en la sociedad de su época, tan profundas fueron las verdades que aprehendió, tan excelsa fue su exposición del camino que nos libera del sufrimiento, que sus seguidores pronto le dieron nombres como Bhagavant ("Bienaventurado"), Jina ("Vencedor"), Vira ("Héroe"), Shakyamuni ("Sabio de los shakyas"), Anuttara ("Insuperable"), Tathagata ("El que así ha ido y ha venido"; es decir, el que ha ido más allá, al nirvana, y ha regresado para vivir y enseñar una vida acorde), o el más repetido de todos: Buddha ("Despierto"). Con los siglos, se erigiría en una de las figuras que mayor influencia ha dejado en el mundo.

Fuente: Pániker, A. (2018), Las tres joyas, Kairós, Barcelona.

8/9/23

El colapso económico de Venezuela

Por Noam Chomsky

Lo que ha ocurrido en Venezuela … es un caso extremo de lo que sucede en toda Latinoamérica, y es muy trágico. El propio Chávez intentó promover cambios importantes y positivos, pero el modo en que los llevó a cabo tenía defectos esenciales. Para empezar, se hizo de arriba abajo, no provenía de la base. Se intentó organizar un activismo popular, pero es muy difícil averiguar –al menos yo no lo he logrado– hasta qué punto lo consiguieron.

También existía un importante grado de corrupción e incompetencia que minó gravemente sus esfuerzos. No sabemos cuán alto llegaba. Por último, no se produjeron cambios en cuanto a la dependencia económica de un único recurso, el petróleo. En realidad, probablemente Venezuela se volvió más dependiente si cabe. Aunque el país podría contar con una rica economía agrícola y una productiva economía industrial, depende abrumadoramente de sus exportaciones de petróleo.

Creo que el mismo Chávez era consciente de ello. Durante una importante charla ante las Naciones Unidas, señaló que Venezuela es un exportador de combustible fósil, pero dijo que productores y consumidores debían unirse para encontrar la forma de librar al mundo de los combustibles fósiles porque eran muy destructivos. Es una postura muy poco habitual en alguien cuya economía depende de la producción de petróleo. Ridiculizaron a Chávez por llamar a George W. Bush «el diablo» en esa reunión, pero no vi que nadie se hiciese eco de sus comentarios sobre los combustibles fósiles.

La combinación de iniciativas creadas desde arriba, el fracaso en avanzar hacia la diversificación, la corrupción, la incompetencia…, la unión de todos esos factores ha llevado al colapso económico de Venezuela.

Chomsky, N. (2017), Malestar global, Sexto Piso, Madrid. (Hice ligeros cambios en el texto para mejorar la traducción)

1/9/23

No me pisen las flores

Por Eduardo Galeano

En 1871, una revolución dejó a París, por segunda vez, en manos de los comuneros.

Charles Baudelaire comparó a la policía con el dios Júpiter, y advirtió que el culto de la belleza desaparece cuando no hay aristocracia.

Théophile Gautier dio testimonio:

Las bestias malolientes, con sus aullidos salvajes, nos invaden.

El efímero gobierno de la Comuna quemó la guillotina, ocupó los cuarteles, separó la Iglesia del Estado, entregó a los obreros las fábricas cerradas por los patrones, prohibió el trabajo nocturno y estableció la enseñanza laica, gratuita y obligatoria.

La enseñanza laica, gratuita y obligatoria no hará más que aumentar el número de los imbéciles –profetizó Gustave Flaubert.

Poco duró la Comuna. Dos meses y algo. Las tropas que habían huido a Versalles volvieron al ataque y, tras varios días de combate, arrasaron las barricadas obreras y fusilando celebraron la victoria. Durante una semana fusilaron noche y día, ráfagas de ametralladoras que mataban de a veinte en veinte. Entonces Flaubert aconsejó no tener compasión con los perros rabiosos y como primer remedio recomendó acabar con el sufragio universal, que es una vergüenza del espíritu humano.

También Anatole France celebró la carnicería:

Los comuneros son un comité de asesinos, una partida de bribones. Por fin el gobierno del crimen y de la demencia se está pudriendo ante los pelotones de fusilamiento.

Emile Zola anunció

El pueblo de París calmará sus fiebres y crecerá en sabiduría y esplendor.

Los vencedores erigieron la Basílica del Sacré-Coeur, en la colina de Montmartre, para agradecer a Dios la victoria concedida.

Mucho atrae a los turistas esa gran torta de crema.

Fuente: Galeano, E. (2008), Espejos, Siglo XXI, Buenos Aires.