15/9/23

La vida del Buda

Por Agustín Pániker

La vida del Buda contrasta con las de otros sabios o líderes espirituales de la antigüedad, enmarañados en la historia política y con un fuerte componente trágico. Que sepamos, no hay persecución, hégira ni martirio del Buda.

Su vida se asemeja a la de otros despiertos, santos y dioses de la India. Tanto, que parece adecuarse a un modelo prototípico. (Es tan similar a la de Mahavira que los estudiosos occidentales del siglo XIX se hicieron un buen lío entre ambos personajes.) Con mínimas variantes, su leyenda se ajusta a un estereotipo que abarca a los buddhas anteriores y futuros (ya que el modelo para alcanzar la budeidad no permite demasiadas variables). Aun así, nada hay en los trazos principales de su historia que nos haga dudar de su verosimilitud.

Tenemos a un hombre que vivió hace unos 2.500 años; a los 29 renunció al mundo; a los 35 tuvo su experiencia de despertar; luego, predicó y organizó una comunidad durante 45 años; y, finalmente, murió de causas naturales como un anciano a los 80. No fue ningún salvador del mundo ni un profeta ni un mesías, ni un dios... De hecho, al igual que algunos sabios de la China o la Grecia antiguas, el Buda propuso una transformación completa del ser humano sin recurrir a las divinidades y a la parafernalia religiosa. Pero tan grande fue el impacto de la vida y la personalidad del "Despierto" en la sociedad de su época, tan profundas fueron las verdades que aprehendió, tan excelsa fue su exposición del camino que nos libera del sufrimiento, que sus seguidores pronto le dieron nombres como Bhagavant ("Bienaventurado"), Jina ("Vencedor"), Vira ("Héroe"), Shakyamuni ("Sabio de los shakyas"), Anuttara ("Insuperable"), Tathagata ("El que así ha ido y ha venido"; es decir, el que ha ido más allá, al nirvana, y ha regresado para vivir y enseñar una vida acorde), o el más repetido de todos: Buddha ("Despierto"). Con los siglos, se erigiría en una de las figuras que mayor influencia ha dejado en el mundo.

Fuente: Pániker, A. (2018), Las tres joyas, Kairós, Barcelona.

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