28/4/22

Las creencias irracionales

Por Noam Chomsky

D.B.[David Barsamian]: ¿Reconoce usted la existencia de una vida espiritual? ¿Es un factor en su propia vida?

Por «vida espiritual» ¿quiere usted decir la vida del pensamiento y la reflexión y la literatura o la vida religiosa? Son cosas distintas.

D.B.: La dimensión espiritual en el sentido religioso. ¿Es un factor?

Para mí, no lo es. Yo soy un hijo de la Ilustración. Creo que las creencias irracionales son un fenómeno peligroso e intento evitar conscientemente toda creencia irracional. Por otro lado, reconozco, claro está, que se trata de un fenómeno muy importante para mucha gente; y no es difícil saber por qué. Parece ser que proporciona seguridad personal, junto con vínculos asociativos y solidarios, y constituye una manera de expresar componentes de la propia personalidad que pueden ser muy válidos. A muchas personas les proporciona esto. En mi opinión, no hay nada malo en ello. Podría estar equivocado, por supuesto, pero mi postura es que no deberíamos sucumbir a las creencias irracionales.

Fuente: Chomsky, N. (1993), Crónicas de la discrepancia, Visor, Madrid.

21/4/22

Los mejores y los peores gobiernos

Por Mario Bunge

Una rápida mirada a los Gobiernos existentes muestra que pueden ser agrupados en los siguientes tipos, de izquierda a derecha: socialdemócratas (por ejemplo, el sueco), liberal demócratas (como los de la India, Francia y Canadá), conservadores (como el estadounidense) y dictatoriales (como el chino y el iraní). Sin embargo, esta agrupación, aun si fuera correcta, no dice mucho acerca del buen gobierno ni del bienestar de los gobernados. Por ejemplo, si bien todos los Gobiernos japoneses han sido conservadores, la japonesa es una de las más igualitarias de las sociedades desarrolladas en lo referente a la distribución de los ingresos, aunque no en lo concerniente a estatus y rango. En cambio, la sociedad británica está casi tan rígidamente estratificada como siempre lo ha estado, muy por debajo de Japón y Suecia y solo un paso por delante de España en lo que toca a desarrollo humano.

Sostengo la obviedad de que un buen Gobierno es aquel que ayuda a mejorar el nivel de desarrollo de su pueblo, medido según indicadores económicos, culturales y políticos. Un mal Gobierno es aquel que crea o aumenta algunos déficits, ya sean económicos (fiscal y comercial), sociales (en el estándar de vida, la salud pública y la educación) o políticos (participación ciudadana y cooperación internacional). De acuerdo con estas medidas objetivas, los Estados de bienestar son los mejores y los autoritarios, así como los neoliberales, los peores.

Fuente: Bunge, M. (2009), Filosofía política, Gedisa, Barcelona.

14/4/22

El único talento

Por Noam Chomsky

Que yo sepa, sólo poseo un talento. No intento ser modesto, creo saber en qué soy bueno y en qué no. El único talento que poseo y que sé que otros amigos no poseen es que tengo un cerebro algo peculiar, que funciona como si tuviera memorias separadas, como los ordenadores. Si utilizas un ordenador, sabes que puedes colocar cosas en lugares distintos donde se guardan y donde puedes consultarlos siempre que desees, porque sabes que están allí. Yo puedo, de alguna forma, hacer lo mismo. Puedo escribir un artículo muy técnico por etapas: un pedazo mientras viajo en avión, otro tres semanas después y retomarlo seis meses más tarde allí donde lo dejé. Por algún motivo no tengo ningún problema para saltar de una cosa a otra muy rápidamente. Tengo algunos amigos que funcionan igual. Uno de ello es un conocido lógico israelí, muy amigo mío. Solemos vernos cada cinco o seis años y siempre podemos retomar nuestra última conversación allí donde la dejamos, sin ningún corte, casi sin darnos cuenta. Nunca nos dimos cuenta de ello hasta que a las demás personas les resultó algo extraño.

Fuente: Chomsky, N. (1996), Lucha de clases, Crítica, Barcelona.

7/4/22

El indio progresista

Por Marvin Harris

Bajo los auspicios de un programa internacional de desarrollo, expertos australianos intentaron que los campesinos indios de la provincia de Chimborazo, en Ecuador, sustituyeran sus tradicionales y escuálidas razas de ovejas por la raza merina australiana, de alto rendimiento. A pesar de que la oferta era regalárselas si las usaban para criar, nadie quería las ovejas. Por fin un indio «progresista» aceptó la oferta y consiguió criar un rebaño de merinas híbridas que tenían mucha más lana y peso que los rebaños tradicionales indios. Desgraciadamente, los indios de Chimborazo viven en una sociedad estructurada en castas. Los granjeros no indios, que viven en los valles más bajos, se molestaron por la atención prestada a los indios; empezaron a temer que éstos se envalentonaran y presionaran pidiendo beneficios sociales y económicos, lo cual irían en perjuicio de sus propios intereses. Alguien se fijó en las ovejas merinas, las metieron todas en un camión y las robaron. Los ladrones estaban protegidos por la opinión pública, que, en cualquier caso, consideraba a dichos animales «demasiado buenos para los indios». El innovador «progresista» fue el único del pueblo que se quedó sin ovejas. Factores tales como el antagonismo étnico y de clase social, las oportunidades para robar y la subordinación política de los campesinos no tienen nada que ver con la pericia para criar ovejas; sin embargo, tener en cuenta estos factores demostró ser esencial para conseguir sus objetivos.

Fuente: Harris, M. (1983), Antropología cultural, Alianza Editorial, Madrid.