Por Noam Chomsky
Que
yo sepa, sólo poseo un talento. No intento ser modesto, creo saber en qué soy
bueno y en qué no. El único talento que poseo y que sé que otros amigos no
poseen es que tengo un cerebro algo peculiar, que funciona como si tuviera
memorias separadas, como los ordenadores. Si utilizas un ordenador, sabes que
puedes colocar cosas en lugares distintos donde se guardan y donde puedes
consultarlos siempre que desees, porque sabes que están allí. Yo puedo, de
alguna forma, hacer lo mismo. Puedo escribir un artículo muy técnico por
etapas: un pedazo mientras viajo en avión, otro tres semanas después y
retomarlo seis meses más tarde allí donde lo dejé. Por algún motivo no tengo
ningún problema para saltar de una cosa a otra muy rápidamente. Tengo algunos
amigos que funcionan igual. Uno de ello es un conocido lógico israelí, muy
amigo mío. Solemos vernos cada cinco o seis años y siempre podemos retomar
nuestra última conversación allí donde la dejamos, sin ningún corte, casi sin
darnos cuenta. Nunca nos dimos cuenta de ello hasta que a las demás personas
les resultó algo extraño.
Fuente:
Chomsky, N. (1996), Lucha de clases, Crítica, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario