28/5/20

Edward Bernays

Por Noam Chomsky
Imagen tomada de https://bit.ly/36cmN2u
[Edward] Bernays obtuvo grandes éxitos a lo largo de su vida que merece la pena examinar. El primero fue conseguir que las mujeres fumaran. En una época en que no había fumadoras, Bernays organizó grandes campañas publicitarias –creo que para Chesterfield, alrededor de 1930– para convencer a las mujeres de que fumar, según diríamos hoy, «molaba». Es decir, que estaba bien, que era algo que haría el modelo de mujer liberada, etcétera. Es imposible calcular cuántos millones de muertes pueden atribuirse a esa hazaña. Otro éxito importante de Bernays tuvo lugar en la década de 1950, cuando trabajaba para la United Fruit Company y convenció a la población de que derrocase al Gobierno democrático de Guatemala (porque estaba amenazando el control de su compañía sobre la economía y la sociedad), lo que llevó al país a cincuenta años de horrores y atrocidades.
Fuente: Chomsky, N. (2017), Réquiem por el sueño americano, Sexto Piso, Madrid.

21/5/20

El retorno de China e India

El vertiginoso ritmo de desarrollo de China e India se puede leer como el retorno de viejas civilizaciones a un papel estelar. Desde Colón el dominio del mundo le correspondió a países europeos, y en el último siglo sobre todo a Estados Unidos, que desciende sobre todo de Europa. En ese lapso las civilizaciones milenarias de India y China fueron opacadas, pero en los últimos años están recuperando protagonismo y es probable que hacia mediados de este siglo vuelvan a ser naciones dominantes.
Para ilustrar esta idea –ver la Tabla 1– voy a tomar el periodo de tiempo que un país tarda en pasar de una riqueza de alrededor de $3000 por persona a una de $6000 por persona. Estados Unidos hizo ese traslado entre 1852 y 1899. China lo hizo entre 1994 y 2005 e India entre 2004 y 2016. Es decir, lo que a Estados Unidos le tomó casi medio siglo, a China e India solo les ha tomado algo más de una década. Se suscitan las cuestiones de si China e India continuarán creciendo a un ritmo desaforado y cuánto tardarán en alcanzar un nivel alto de riqueza por persona. Encuentro una pista en el caso de Corea del Sur, uno de los pocos países con un ritmo de desarrollo tan vertiginoso como el de China e India. En 1981 ya Corea del Sur tenía una riqueza de $5900 por persona, y continuó creciendo a un ritmo acelerado hasta alcanzar hoy los $36100 por persona. Si China e India se comportaran de un modo similar, alcanzarían un alto nivel de riqueza dentro de tres décadas.

14/5/20

El inconcebible universo

Por Jorge Luis Borges
En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna, el espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer en el pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemon Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico, yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplican sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osatura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi oscura sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos de vista, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.
Fuente: Borges, J. L. (1949), El Aleph, Random House, Barcelona.

7/5/20

La noche de San Bartolomé

Por Jesús Mosterín
Imagen tomada de https://bit.ly/2S5WfMh
En agosto de 1572 se celebró la boda de la hermana del rey Carlos IX con el protestante Enrique de Navarra (el futuro Enrique IV). Esta boda motivó que muchos de los más eminentes y ricos miembros de la comunidad protestante francesa acudieran a París. Allí, la madre del rey, Catalina de Medici, el duque de Guisa y otros católicos fanáticos conspiraron para matar a los hugonotes presentes y lograron la anuencia del rey. La noche de San Bartolomé, el 23 de agosto de 1572, hicieron matar y decapitar a la flor y nata de los hugonotes, incluido su máximo representante, el almirante Gaspard de Coligny. A continuación, lanzaron al populacho católico a una orgía de sangre, en la que los matones sacaban a los protestantes de sus casas y los mataban a golpes y cuchilladas, para seguir luego matando por la calle a todos los hombres, mujeres y niños sospechosos de protestantismo. Las calles rebosaban sangre. Muchos miles de personas murieron (es imposible saber exactamente cuántas). La noticia corrió por Francia y provocó masacres similares en otros lugares. Muchos hugonotes empezaron a emigrar para salvar sus vidas, sobre todo a Suiza y Holanda, pero también a Prusia, Inglaterra y otros lugares. Estas matanzas provocaron una ola de espanto en Europa y cimentaron la mala fama de los católicos entre los protestantes.
Fuente: Mosterín, J. (2010), Los cristianos, Alianza Editorial, Madrid.