22/12/23

La verdadera libertad

Por Agustín Pániker

Desde mi óptica … el nirvana sería la realidad y el estado de mente del despierto, que ve las cosas tal-cual-son; es decir, sin la ilusión de un "yo" que experimenta "cosas". Despertar y liberación se refuerzan mutuamente. El nirvana sería la experiencia de este mundo sin apegos; o mejor, sin caer dominado por las pulsiones, las obsesiones y los apegos. En términos psicológicos, correspondería a la plena madurez, superado el egoísmo, cuando se es libre de actuar sin condicionamientos ni apegos. Una vida, en suma, de discernimiento pleno, verdaderamente transpersonal. Aunque existe una persona, ella no es más que una manifestación de la vaciedad, un "yo" carente de "yo"; por tanto, dinámico y activo; que puede disfrutar del mundo pero sin quedarse apegado a él. En términos éticos, es la destrucción del odio, la maldad, la codicia y la ignorancia. En términos místicos, sería la propia naturaleza de la realidad –despierta y autoconsciente– percatándose de sí misma, ya que no hay "despierto" alguno.

El nirvana o la bodhi no serían, pues, ninguna ruptura de las relaciones, sino el descubrimiento de una relación más genuina. Esto es lo que muchos maestros budistas entienden por "felicidad" o han denominado "liberación". Esa sería –entiendo yo– la verdadera libertad.

Fuente: Pániker, A. (2018), Las tres joyas, Kairós, Barcelona.

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