Por Michio Kaku
Un científico amaestró una vez a una pulga
para que saltara cuando él hacía sonar una campana. A continuación, utilizando
un microscopio, anestesió una de las patas de la pulga e hizo sonar de nuevo la
campana. La pulga siguió saltando.
Luego el científico
anestesió otra pata e hizo sonar la campana. La pulga siguió saltando.
El científico fue
anestesiando una pata más cada vez, luego hacía sonar la campana, y cada vez
registró que la pulga saltaba.
Finalmente, la pulga sólo
tenía una pata. Cuando el científico anestesió la última pata e hizo sonar la
campana, descubrió para su sorpresa que la pulga ya no saltaba.
Entonces el científico
declaró solemnemente su conclusión, basada en datos científicos irrefutables:
¡Las pulgas oyen con sus patas!
Fuente: Kaku, M. (1994), Hiperespacio, Crítica, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario