Por Jorge Enrique Adoum
Despiertas casi cadáver cuando el reloj lo
ordena,
el día no te espera, hay tanto capataz que
mide
el milímetro del centavo que se atrasa por
ti,
bebes el café que te quedó de ayer y sales
consuetudinario PROHIBIDIO CURVAR A LA
IZQUIERDA
y casi PROHIBIDIO PISAR EL CÉSPED pisas el
césped
porque ibas a caerte, luego avanzas,
ciudadano
y durable, PROHIBIDO CRUZAR sin saber para
qué lado
ir ni para qué PROHIBIDO ESTACIONARSE
porque no puedes
parar la maquinaria infatigable con tu
dedo
sólo porque te entró una astilla en el
alma,
OBEDEZCA AL POLICÍA así es más fácil,
saluda,
di que sí, que bueno PROHIBIDO HABLAR CON
EL CONDUCTOR
y quitándole dócilmente el sombrero
estupefacto
PÓNGASE EN LA COLA anuncia tu hereje
necesidad
de trabajar en lo que fuese NO HAY
VACANTES,
tal vez el año próximo por la tarde, pero
no te dejan
dejar para mañana lo que puedes morir hoy
y aguantas y volverás cuanto te llamen
PROHIBIDO
USAR EL ASCENSOR PARA BAJAR con tus
piernas, para eso
las tienes gratis desde el último
accidente
NO SE ACEPTAN RECLAMOS para que vayas de
guerra
en guerra con tu himno nacional SONRÍA, tu
banderita,
la patria a la que le debes tanto, como
todos,
pero ten cuidado, imbécil: por ir pensando
en tu metafísica
descocida ibas a entrar en el parque
público
PROHIBIDA LA ENTRADA, zona estratégica,
tú, negro
humano, perro cívico, civil, SILENCIO, y
tú sabes
que no debes PROHIBIDO PORTAR ARMAS, eso
también
se sabe y tampoco los proyectos de amor,
los aromas
futuros, no suena todavía la sirena de las
seis
PROHIBIDAS LAS HUELGAS que es cuando
puedes pensar
LEA SELECCIONES TOME COCA-COLA PROHIBIDO
ESCUPIR
hombre libre de este país libre del mundo
libre,
y acatas las yuntas formidables de los
diarios
y agradeces: otros piensan por ti y les
cuesta
para que sigas libre, no te llames
PROHIBIDO
USAR EL TELÉFONO sólo para tener quién
pregunte
por ti PROHIBIDAS LAS VISITAS EN LAS
HABITACIONES
vayan a creer que estás enfermo, PROHIBIDO
FORMAS GRUPOS,
porque tú, individuo, aislado, alicaído,
con el vientre
pegado al paladar que te sabe a medalla,
eres inofensivo;
mejor apágate la luz, deja para algún día
los rencores,
ponte en toque de queda, métete en ti,
prolóngate
durmiendo para que vuelvas a amanecer,
heroico
de puro testarudo, a leer las nuevas
instrucciones
para hoy como un estado de sitio:
prohibido tener
libros de Marx y otros libros, prohibido
llevar los cabellos
como te dé la gana, prohibido ir a China,
prohibido
besarse en los parques, prohibido tener
fotografías
del Che, nombrar al Che, leer al Che y
otros autores,
prohibidas las faldas cortas, las
películas suecas,
las canciones de Bob Dylan, los dibujes de
Siné,
prohibido hablar mal del gobierno,
prohibida
la información sobre los grupos
subversivos, prohibidas
todas las manifestaciones, queda prohibida
la lucha
de clases ha dicho el Presidente, y
sigues, aguantón
y cobarde, sólo porque el instinto, él
también,
quién lo creyera, te colgó su letrero: SE
PROHÍBE MORIR.
Fuente: La cita procede de Grandes poetas de los 50, La Oveja
Negra, Bogotá.
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