Por Eduardo Galeano
1980
Uspantán
…
Ella es una india maya-quiché, nacida en
la aldea de Chimel, que recoge café y corta algodón en las plantaciones de la
costa desde que aprendió a caminar. En los algodonales vio caer a dos de sus
hermanos, Nicolás y Felipe, los más chiquitos, y a su mejor amiga, todavía a
medio crecer, todos sucesivamente fulminados por los pesticidas.
El año pasado, en la
aldea de Chajul, Rigoberta Menchú vio cómo el ejército quemaba vivo a su
hermano Patrocinio. Poco después, en la embajada de España, también su padre
fue quemado vivo junto con otros representantes de las comunidades indias.
Ahora, en Uspantán, los soldados han liquidado a su madre muy de a poco,
cortándola en pedacitos, después de haberla vestido con ropas de guerrillero.
De la comunidad de
Chimel, donde Rigoberta nació, no queda nadie vivo.
A Rigoberta, que es
cristiana, le habían enseñado que el verdadero cristiano perdona a sus
perseguidores y reza por el alma de sus verdugos. Cuando le golpean una
mejilla, le habían enseñado, el verdadero cristiano ofrece la otra.
-Yo
ya no tengo mejilla que ofrecer -comprueba Rigoberta.
Fuente: Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO,
Siglo Veintiuno, Madrid.
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