Por Marvin Harris
Entre el año 500 y el 1200 d. C., tanto en
África occidental como en el este de Europa florecieron reinos feudales, que a
grandes rasgos presentaban niveles de complejidad similares. … Europa
occidental se desarrolló más rápidamente a partir de entonces desde el punto de
vista de la tecnología, el poder militar y el conocimiento científico. … Son la
geografía y la ecología las que explican de inmediato esta diferencia en el
ritmo de desarrollo. La presencia de la mosca tsé-tsé en las regiones
forestales del África subsahariana supuso que el ganado y otros animales
domesticados no pudieran usarse para la tracción animal ni el ordeño. Sin
animales de tiro, las principales herramienta agrícolas siguieron siendo las
azadas, en lugar de los arados. Los caballos, que llegaron a ser los
instrumentos bélicos primordiales de la Europa medieval, escaseaban o eran
desconocidos en el África tropical.
Mientras las poblaciones
que vivían en la cuenca del Mediterráneo realizaban sus intercambios
comerciales y guerreaban a bordo de navíos, convirtiéndose en potencias
marítimas, a sus homólogos negros al sur del Sáhara les preocupaba sobre todo
atravesar el desierto y carecían de motivación para las aventuras marítimas.
Los primeros barcos portugueses llegaron a la costa de Guinea en el siglo XV y
se hicieron rápidamente con el control de los puertos naturales, sellando el
destino de África durante los quinientos años siguientes. El oro fue el primer
producto explotado pero, cuando las minas se agotaron, el comercio de esclavos
se reveló aún más provechoso. Los europeos recurrían a cazadores de esclavos
africanos, a los que pagaban con armas de fuego y ropa. Pronto, grandes
porciones del interior pasaron a ser los terrenos de cultivo de una cosecha
humana destinada a ser enviada a las plantaciones de azúcar, algodón y tabaco,
del otro lado del Atlántico.
Dicho
sea de paso, los afrocentristas alegan que los africanos no conocían la
esclavitud hasta la llegada de los europeos; pero allí donde surgieron feudos
independientes o estados antiguos hubo una u otra forma de esclavitud: es
decir, que era un fenómeno conocido en todos los continentes salvo Australia.
Ni los árabes ni los europeos fueron los responsables de la introducción de la
esclavitud en África. Lo que hicieron los europeos fue convertir la caza de
esclavos en una industria de una magnitud y ferocidad sin precedentes. Sin
embargo, no podrían haberlo hecho sin la ayuda de los esclavistas africanos,
que se dejaban arrastrar por los mismos demonios de la codicia que impulsaban a
los blancos.
Cuando concluyó la trata
de esclavos, los europeos recurrieron a nuevos métodos para extraer la riqueza
de África que no supusieran el envío de la mano de obra a través del océano.
Las leyes laborales coloniales expulsaron a los africanos de su tierra y les
empujaron a empleos migratorios mal pagados en las minas y las plantaciones
propiedad de los europeos. Mientras tanto, las autoridades coloniales hicieron
cuanto estuvo en su mano para mantener subordinada y retrasada a África,
alentando las guerras étnicas, ciñendo la educación a escuelas rudimentarias y,
por encima de todo, impidiendo que las colonias crearan una infraestructura
industrial que les habría permitido competir en el mercado mundial después de
alcanzar la independencia política. Independientemente de que Egipto fuera
blanco o negro, nada puede alterar el hecho de que fueron los europeos, con sus
tecnologías militares y marítimas avanzadas, los que impusieron su dominio
sobre África. Señalar los triunfos de un antiguo Egipto negro, incluso en el
caso de que hubiera existido, no explica un ápice de lo que ocurrió en África
durante el periodo del colonialismo e imperialismo europeos. Sólo sirve para
dar crédito a la creencia demasiado extendida de que la raza explica por qué la
mayoría de las naciones más pobres y menos industrializadas del mundo se
encuentra en el África negra.
Fuente: Harris, M. (2000), Teorías sobre la cultura en la era
posmoderna, Crítica, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario