19/2/08

Camilo Cienfuegos

Por Eduardo Galeano
1958
Yaguajay
 Imagen tomada de https://bit.ly/2UZr3g0
Atravesando como por magia bombardeos y emboscadas, las columnas invasoras llegan al centro de la isla. Queda Cuba cortada en dos cuando Camilo Cienfuegos se hace dueño del cuartel de Yaguajay, tras once días de combate, y el Che Guevara entra en la ciudad de Santa Clara. La fulminante ofensiva arrebata a Batista la mitad del país.
Camilo Cienfuegos es corajudo y glotón. Pelea tan de cerca que cuando mata pesca en el aire, sin que toque el suelo el fusil del enemigo. Varias veces ha estado a punto de morir de bala y una vez casi murió de cabrito, por engullir un cabrito entero después de mucho tiempo de andar comiendo un día no y otro tampoco.
Camilo tiene barba y melena de profeta bíblico, pero no es hombre de ceño fruncido sino de risa abierta de oreja a oreja. La gesta épica que más lo enorgullece es aquella ocasión en que engañó a una avioneta militar, en la sierra, echándose encima un botellón de yodo y acostándose, quietito, con los brazos en cruz.
Fuente: Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo Veintiuno, Madrid.

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