En mi barrio del norte de Quito nunca he
visto tanta gente en las calles como el día que el papa Francisco ofició una
misa en el parque que lo circunda. Cuando terminó la ceremonia, ríos de personas
regresaron a sus casas caminando, y yo veía a algunas, a muchas, desde la
ventana de mi casa. ¿Por qué hay tanta gente religiosa? ¿Por qué los pobres o,
en general, la gente con serios problemas, suele ser más religiosa? La gente es
religiosa simplemente porque crece en un ambiente religioso. Lo que se aprende
en los años de formación de la cabeza no se va, y son pocas las personas que
ponen en duda las tradiciones heredadas. Además, la intensidad de la fe aumenta
cuando las vicisitudes de la vida aumentan. La vida es dura y la de los más
pobres o marginados es especialmente dura.
Desde el punto de vista
del bienestar social, la implantación de ideas religiosas en los niños tiene efectos
perniciosos difíciles de remediar. Los creyentes poco religiosos no dejan de oponerse
a reformas urgentes como la despenalización del aborto y la eutanasia. Y los
perjuicios que causa la fe fervorosa son evidentes, desde la intención de los
grupos evangélicos estadounidenses de prohibir la enseñanza de la evolución en
las escuelas, hasta la violencia atroz del terrorismo islámico y de los estados
teocráticos árabes.
No hace falta acabar con
la fe para mejorar el mundo, pero reducir su intensidad podría mejorar el mundo
abrumadoramente. ¿Cómo reducir la intensidad de la fe de los creyentes? En el
caso del mundo islámico no parece haber otro remedio que anhelar una época de ilustración
y desarrollo, similar a la que tuvo lugar en Turquía con las reformas
emprendidas por Kemal Atatürk. En occidente la fe perdería terreno si nos empeñáramos
en combatir males milenarios como la pobreza, la falta de oportunidades, la xenofobia,
el racismo, el machismo… fuentes inagotables de envidia, resentimiento y dolor.
Acaso no solo lograríamos atajar esos problemas, sino también generalizar la buena
costumbre de tomar decisiones evaluando los hechos racionalmente y la de abandonar
las convicciones que no están basadas en evidencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario