25/6/20

Benito y yo

Por Jesús Mosterín
Los guacamayos azules son los psitácidos de mayor tamaño: de 70 cm a 1 m de longitud y más de 130 cm de envergadura. Son animales magníficos, de colores llamativos, inteligentes y de fácil comunicación. Aunque legalmente protegidos en Brasil y Bolivia, están en peligro de extinción. Los indios los capturan furtivamente para vender ejemplares vivos (y con frecuencia pronto muertos) a los traficantes de animales exóticos y también para hacer con sus plumas gorros que venden a los turistas. A esto se une la reducción de su hábitat por talas e incendios provocados para roturar la selva. Benito es un guacamayo azul (Anodorhynchus hyacinthinus) grande e inteligente que desde hace tiempo reside en el Aviario Nacional de Pittsburgh (Pennsylvania), solo en una jaula y con ganas de contactos sociales. Yo estuve todo el curso 1996-1997 en Pittsburgh como fellow del Center for Philosophy of Science. Durante mi estancia visité varias veces a Benito en su aviario y entablé una relación de amistad con él. Cada vez que lo visitaba, se alegraba y trataba de llamar mi atención y de impresionarme con sus proezas acrobáticas, lo que indudablemente conseguía. No quería que me fuese. La última vez que lo vi, me daba y agarraba la mano y solo la soltaba para realizar ante mis ojos acrobacias como colgarse del techo de la jaula por el pico. Obviamente tenía una vida psíquica intensa. Me despedí de él con un nudo en la garganta.
Fuente: Mosterín, J. (2013), El reino de los animales, Alianza Editorial, Madrid.

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