27/2/20

Sobre leer y escribir

A menudo se recomienda leer mucho para aprender a escribir. Yo seguí ese consejo, pero cuando me senté a escribir después de años de lecturas no hice más que textos flojos. Ahora creo que leer y escribir son actividades en esencia diferentes que conviene desarrollarlas paralelamente. Con paciencia uno puede aprender a valorar y disfrutar las grandes obras de la literatura universal, así como los mejores libros de historia, filosofía y ciencia (salvo los más técnicos). Pero para escribir grandes textos hace falta algo más que paciencia. No es difícil escribir un cuento o incluso una novela, pero es muy difícil escribir un gran cuento o una gran novela. Siento que para contar historias hay que vivir intensamente porque hace falta poseer un arsenal de anécdotas vitales interesantes. El problema es que mientras más libros lees menos vives, y yo he llevado una vida más bien solitaria. Todas mis vivencias juntas no rinden ni media novela. Tal vez lo que me conviene es escribir como Borges, es decir, cooptar textos de la no ficción para llevaros al territorio de la ficción. Pero Borges es Borges mientras que yo solo sé leer y escribir en mi mal castellano. De todos modos no dejo de pensar que tantas horas de lectura me deben servir de algo y que aun con todas mis limitaciones podría hacer ficción a partir de los ensayos que prefiero. Ahora mismo estoy escribiendo una novela breve en la que los personajes y el narrador se refieren con frecuencia a los «maestro más leídos», que no son otros que los autores que más admiro y cuyas ideas no me canso de repetir y comentar. No sé si tengo la energía necesaria para hacer realidad el sueño de publicar un libro que no sea malo, pero la paciencia vuelta tozudez me impide tirar la toalla.

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