Por Noam Chomsky*
Al considerar los acontecimientos en Cuba
desde que alcanzó la independencia con Castro en enero de 1959, uno no puede olvidar
que, casi desde el primer momento, Cuba estaba amenazada con un violento ataque
por parte del superpoder global. A finales de 1959, aviones con base en Florida
bombardeaban Cuba. En marzo se tomó la decisión secreta de derrocar al
Gobierno. La administración Kennedy llevó a cabo la invasión de la bahía de
Cochinos. Cuando fracasó, en Washington cundió la histeria, y Kennedy lanzó una
campaña para llevar «los terrores de la tierra» a Cuba, en palabras de su
colaborador cercano, el historiador Arthur Schlesinger, en su biografía semioficial
de Robert Kennedy, a quien colocaron a cargo de la operación como su prioridad
máxima. No fue un asunto nimio, puesto que al final condujo a la crisis de los
misiles, en lo que Schlesinger describió acertadamente como el momento más
peligroso de la historia. Tras la crisis se reinició la guerra terrorista.
Entretanto se impuso un embargo aplastante, que afectó gravemente a Cuba.
Continúa hasta ahora, a pesar de la oposición de virtualmente todo el planeta.
Cuando concluyó la ayuda
rusa, Clinton hizo que el embargo fuera todavía más duro, y unos años después
empeoró todavía más con la ley Helms-Burton. Los efectos, naturalmente, han
sido severos. Salim Lamrani los ha repasado en un estudio muy completo.
Particularmente grave ha sido el impacto en el sistema de salud, privado de
suministros médicos esenciales. A pesar del ataque, Cuba ha desarrollado un
sistema de salud remarcable, y tiene un récord inigualado de internacionalismo
médico, así como un papel crucial en la liberación del África negra y en el
final del régimen del apartheid en Sudáfrica. También se han dado severas
violaciones de los derechos humanos, aunque no se puedan comparar con las que
vienen siendo la norma en los países de Sudamérica dominados por la política de
seguridad nacional de Estados Unidos. Y, naturalmente, las peores violaciones
de los derechos humanos en Cuba en los años recientes se dan en Guantánamo, una
plaza que Estados Unidos obtuvo de Cuba a punta de cañón a principios del siglo
XX y que no quiere retornar. En conjunto, una historia confusa y que no resulta
fácil de evaluar, dadas las complejas circunstancias.
Fuente: Chomsky, N. (2017), Optimismo contra el desaliento,
Ediciones B, Barcelona.
*Hice ligeros cambios en el texto para
mejorar la traducción.
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