6/2/20

Batlle

Por Eduardo Galeano
1914
Montevideo
Imagen tomada de https://bit.ly/2N1JoXi
Escribe artículos calumniando a los santos y pronuncia discursos atacando al negocio de venta de terrenos en el Más Allá. Cuando asumió la presidencia de Uruguay, no tuvo más remedio que jurar por Dios y por los Santos Evangelios, pero en seguida aclaró que no creía en nada de eso.
José Batlle y Ordoñez gobierna desafiando a los poderosos del cielo y de la tierra. La Iglesia le ha prometido un buen lugar en el infierno: atizarán el fuego las empresas por él nacionalizadas o por él obligadas a respetar los sindicatos obreros y la jornada de trabajo de ocho horas; y el Diablo será el macho vengador de las ofensas por él infligidas al gremio masculino.
Está legalizando el libertinaje –dicen sus enemigos, cuando Batlle aprueba la ley que permite a las mujeres divorciarse por su sola voluntad.
Está disolviendo la familia –dicen, cuando extiende el derecho de herencia a los hijos naturales.
El cerebro de la mujer es inferior –dicen, cuando crea la universidad femenina y cuando anuncia que pronto las mujeres votarán, para que la democracia uruguaya no camine con una sola pierna y para que no sean las mujeres eternas menores de edad que del padre pasan a manos del marido.
Fuente: Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo Veintiuno, Madrid.

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