Por Jesús Mosterín
Imagen tomada de https://bit.ly/2NTzLxx
Maimónides estructuró y pulió la doctrina
judaica, tratando de hacerla coherente y compatible con la razón humana. Fue él
quien eliminó el antropomorfismo y animismo de la concepción tradicional de
Dios, sustituyéndola por la noción filosófica de una entidad incorpórea e
inmutable. Reemplazó al Dios de los patriarcas por el Dios de los filósofos,
aunque atribuyendo al segundo lo que se había escrito del primero, a base de una
reinterpretación drástica de los textos. Fue Maimónides quien depuró la moral
bíblica, dotándola de una base ética de la que carecía. Y fue él quien
armonizó, aunque fuera de modo inestable, razón y fe, a base de mantener la
letra de todas las afirmaciones de la Torá
e incluso del Talmud, al tiempo que
cambiaba su significado, mediante una reinterpretación filosófica radical. Y
todo esto lo hizo con una rara mezcla de prudencia y audacia, ganándose a la
vez el respeto de los «racionalistas» y de los ortodoxos.
Fuente: Mosterín, J. (2006), Los judíos, Alianza Editorial, Madrid.
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