Por Mario Bunge
A
partir de 1964, Estados Unidos promulgó las leyes y reglas de acción afirmativa
[Affirmative Action] que asignaban puntos de mérito por raza (y género),
en una época en que aquel era el más racista de todos los países desarrollados.
En esencia esas leyes permitían a la gente ponerse al nivel de los demás antes
de que se les exigiera competir. Se ha criticado la acción afirmativa por ser
una forma de discriminación inversa. Esta crítica es injusta. Lo que hace la
acción afirmativa es dar oportunidades a las personas que no las tuvieron
antes, por el único motivo de su sexo o su color, a consecuencia de lo cual no
estaban bien preparadas para competir por los puestos de trabajo o el ingreso
en la universidad. De tal modo, la acción afirmativa pertenece al mismo grupo
que el hándicap del golf. Baja las barreras de entrada, pero no el listón de
salida: procura igualar las oportunidades sin bajar los estándares, de modo tal
que es congruente con la meritocracia.
Fuente:
Bunge, M. (2009), Filosofía política, Gedisa, Barcelona.
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