Por Brian Greene
Cuando
se trata de evaluar el libre albedrío, se puede ganar mucho si desplazamos la
atención de un estrecho foco sobre las causas últimas a una observación más
amplia de la respuesta humana. Nuestra libertad no es respecto a unas leyes
físicas que no podemos afectar. Nuestra libertad consiste en exhibir comportamientos
(saltar, pensar, imaginar, observar, deliberar, explicar, etc.) que no tienen a
su disposición otros conjuntos de partículas. La libertad humana no está
relacionada con la elección libre. Todo lo que la ciencia ha revelado hasta el
momento no ha hecho sino reforzar la idea de que esa intercesión volitiva en el
desarrollo de la realidad no existe. La libertad humana tiene que ver más bien
con verse liberados de las ataduras de ese estrecho abanico de respuestas que
desde siempre ha restringido el comportamiento del mundo inanimado.
Fuente:
Greene, B. (2020), Hasta el final del tiempo, Crítica, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario