13/1/22

Cuando los hechos siguen a las palabras

Por Mario Bunge

La mayoría de las proclamaciones de nuevos derechos … han sido actos puramente formales sin grandes consecuencias sociales. Algunos ejemplos de ello son la Constitución Estadounidense, en el sur de Estados Unidos, hasta mediados de la década de 1960; las Constituciones latinoamericanas, desde la década de 1850, y la carta de derechos de la Unión Soviética. Sin embargo, en algunos casos los hechos sí han seguido a las palabras. Por ejemplo, cuando el breve Gobierno francés derivado de la revolución de 1848 proclamó el derecho al trabajo, procedió de manera inmediata a organizar los Talleres Nacionales, a fin de crear puestos de trabajo para los desempleados. Casi un siglo después, el New Deal [Trato Nuevo] de Roosevelt reconoció tácitamente el derecho al trabajo, al embarcarse en programas de obras públicas a gran escala para aliviar el desempleo, el cual en realidad solo causó una modesta disminución del desempleo, pero impulsó el respeto por sí misma, así como la esperanza, en la gente común.

Fuente: Bunge, M. (2009), Filosofía política, Gedisa, Barcelona.

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