Por Mario Bunge
La
mayoría de las proclamaciones de nuevos derechos … han sido actos puramente
formales sin grandes consecuencias sociales. Algunos ejemplos de ello son la
Constitución Estadounidense, en el sur de Estados Unidos, hasta mediados de la
década de 1960; las Constituciones latinoamericanas, desde la década de 1850, y
la carta de derechos de la Unión Soviética. Sin embargo, en algunos casos los
hechos sí han seguido a las palabras. Por ejemplo, cuando el breve Gobierno
francés derivado de la revolución de 1848 proclamó el derecho al trabajo,
procedió de manera inmediata a organizar los Talleres Nacionales, a fin de
crear puestos de trabajo para los desempleados. Casi un siglo después, el New
Deal [Trato Nuevo] de Roosevelt reconoció tácitamente el derecho al
trabajo, al embarcarse en programas de obras públicas a gran escala para
aliviar el desempleo, el cual en realidad solo causó una modesta disminución
del desempleo, pero impulsó el respeto por sí misma, así como la esperanza, en
la gente común.
Fuente:
Bunge, M. (2009), Filosofía política, Gedisa, Barcelona.
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