Por Jesús Mosterín
Los primeros pensadores griegos –Tales,
Anaximandro, Anaxímenes, Hecateo– eran todos ellos burgueses acomodados de
Mileto, hombres prácticos, metidos en política y en negocios, viajeros y
navegantes, comerciantes y turistas. Ellos introdujeron en la Hélade la
geometría egipcia, la aritmética babilónica e instrumentos tales como el gnomon
(vara vertical sobre una plataforma horizontal, usada para marcar las
posiciones del Sol). Ellos iniciaron la geografía y la historia, la filosofía y
la cosmología. Ellos dibujaron los primeros mapas del mundo. Ellos y los de su
clase tenían una enorme confianza en sí mismos, nutrida por sus éxitos en la
vida, evidentemente debidos a su propio esfuerzo y espabilamiento, y no a
ninguna presunta intervención divina. No polemizaron con la religión ni con los
mitos (excepto Xenofanes), pero dejaron de tomárselos en serio e iniciaron la
especulación intelectual libre.
Fuente: Mosterín, J. (2006), La Hélade, Alianza Editorial, Madrid.
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