17/2/23

La llamada «guerra del fútbol»

Por Eduardo Galeano

1969

San Salvador y Tegucigalpa

Dos turbulentos partidos de fútbol disputan Honduras y El Salvador. Las ambulancias se llevan muertos y heridos de las tribunas, mientras los hinchas continúan en la calle las grescas del estadio.

En seguida rompen relaciones los dos países. En Tegucigalpa, los parabrisas de los autos lucen calcomanías que aconsejan: Hondureño: toma un leño, mata un salvadoreño. En San Salvador, los diarios exhortan al ejército a invadir Honduras para propinar una lección a esos bárbaros. Honduras expulsa a los campesinos salvadoreños, aunque muchos de ellos ni siquiera saben que son extranjeros y jamás han visto un documento de identidad. El gobierno de Honduras llama Reforma Agraria al desalojo de los salvadoreños, obligados a emigrar con lo puesto, y al incendio de sus ranchos. El gobierno de El Salvador considera espías a todos los hondureños que viven allí.

La guerra no demora en estallar. El ejército de El Salvador penetra en Honduras y avanza ametrallando las aldeas fronterizas.

La llamada «guerra del fútbol» tiene por enemigos a dos pedazos de América Central, jirones de la que fue, hace un siglo y medio, patria única.

Honduras, pequeño país agrario, está dominado por los latifundistas.

El Salvador, pequeño país agrario, está dominado por los latifundistas.

El pueblo campesino de Honduras no tiene tierra ni trabajo.

El pueblo campesino de El Salvador no tiene tierra ni trabajo.

En Honduras hay una dictadura militar nacida de un golpe de Estado.

En El Salvador hay una dictadura militar nacida de un golpe de Estado.

El general que gobierna Honduras ha sido formado en la Escuela de las Américas, en Panamá.

El general que gobierna El Salvador ha sido formado en la Escuela de las Américas, en Panamá.

De los Estados Unidos provienen las armas y los asesores del dictador de Honduras.

De los Estados Unidos provienen las armas y los asesores del dictador de El Salvador.

El dictador de Honduras acusa al dictador de El Salvador de ser un comunista a sueldo de Fidel Castro.

El dictador de El Salvador acusa al dictador de Honduras de ser un comunista a sueldo de Fidel Castro.

La guerra dura una semana. Mientras dura la guerra, el pueblo de Honduras cree que su enemigo es el pueblo de El Salvador y el pueblo de El Salvador cree que su enemigo es el pueblo de Honduras. Ambos pueblos dejan cuatro mil muertos en los campos de batalla.

Fuente: Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo Veintiuno, Madrid.

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