Por Noam Chomsky
Los
remiendos … son los preliminares de los cambios a gran escala, que no pueden
tener lugar hasta que una parte considerable de la población no se comprometa
en serio. Las transformaciones sólo pueden provenir de los esfuerzos
concertados de una población comprometida. Eso no va a ocurrir, ni debería
ocurrir, a menos que la gente considere que los intentos de reforma, los
remiendos, chocan con barreras sólo superable mediante cambios institucionales.
Surge entonces la exigencia de un cambio institucional. Pero, mientras no se
llegue a esa conclusión, no hay ninguna razón para que la gente asuma riesgos,
haga el esfuerzo o afronte la incertidumbre y las represalias que conllevan
esos intentos. Ésa es la razón por la que todo revolucionario serio es un
reformista. Un revolucionario serio no quiere un golpe de Estado. Quiere que
los cambios surjan de la base, del pueblo organizado. ¿Por qué iba la gente a
asumir el riesgo de acometer una transformación institucional si pensase que
las instituciones existentes permiten lograr metas justas y satisfactorias?
Fuente:
Chomsky, N. (2007), Lo que decimos, se hace, Península, Barcelona.
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