Por Eduardo Galeano
1967
Houston
…
Lo llamaron Cassius Clay: se llama
Muhammed Alí, por nombre elegido.
Lo hicieron cristiano: se
hace musulmán, por elegida fe.
Lo obligaron a
defenderse: pega como nadie, feroz y veloz, tanque liviano, demoledora pluma,
indestructible dueño de la corona mundial.
Le dijeron que un buen
boxeador deja la bronca en el ring: él dice que el verdadero ring es el otro,
donde un negro triunfante pelea por los negros vencidos, por los que comen
sobras en la cocina.
Le aconsejaron
discreción: desde entonces grita.
Le intervinieron el
teléfono: desde entonces grita también por teléfono.
Le pusieron uniforme para
enviarlo a la guerra de Vietnam: se saca el uniforme y grita que no va, porque
no tiene nada contra los vietnamitas, que nada malo le han hecho a él ni a
ningún otro negro norteamericano.
Le quitaron el título
mundial, le prohibieron boxear, lo condenaron a cárcel y multa: gritando
agradece estos elogios a su dignidad humana.
Fuente: Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO,
Siglo Veintiuno, Madrid.
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