Por
Noam Chomsky
[En
la guerra de Vietnam], los criminales no fueron un puñado de soldados [estadounidenses]
rasos enloquecidos a los que les llovían disparos por todas partes en el campo
de batalla, unos soldados que no sabían si iban a estar vivos segundos después.
Lo que hicieron fue horrible, pero ellos no son los auténticos criminales. … Los
auténticos criminales son los tipos que planeaban en sus confortables oficinas
los ataques de los B-52 sobre las aldeas, los tipos de Washington que diseñaron
la genial estrategia para masacrar a los habitantes de Vietnam del Sur. Pero
los medios de comunicación y todo el establishment liberal apuntaron en
otra dirección. Se metieron con el soldado raso, con el débil, con el
indefenso. No se puede perdonar lo que hicieron: fue horrible. Pero se les
puede comprender. A los que no se puede comprender es a los mandos militares, a
los generales y a los altos cargos civiles que estaban por encima de ellos; ésa
es la parte que no se puede perdonar en absoluto.
Fuente: Chomsky, N. (1993), Crónicas de la discrepancia, Visor, Madrid.