Por Eduardo Galeano
1934
Managua
…
Somoza
sale de la casa de Arthur Bliss Lane, embajador de los Estados Unidos.
Sandino llega a la casa de Sacasa,
presidente de Nicaragua.
Mientras Somoza se sienta a trabajar con
sus oficiales, Sandino se sienta a cenar con el presidente.
Somoza cuenta a sus oficiales que el
embajador acaba de darle su apoyo incondicional para matar a Sandino.
Sandino cuenta al presidente los problemas
de la cooperativa de Wiwilí, donde él y sus soldados trabajan la tierra desde
hace más de un año.
Somoza explica a sus oficiales que Sandino
es un comunista enemigo del orden, que tiene escondidas muchas más armas que
las que ha entregado.
Sandino explica al presidente que Somoza
no lo deja trabajar en paz.
Somoza discute con sus oficiales si
Sandino ha de morir por veneno, tiro, incendio de avión o emboscada en las
montañas.
Sandino discute con el presidente sobre el
creciente poder de la Guardia Nacional, dirigida por Somoza, y le advierte que
pronto Somoza lo volteará de un soplido para sentarse en el sillón
presidencial.
Somoza termina de resolver algunos
detalles prácticos y se despide de sus oficiales.
Sandino termina de beber su café y se
despide del presidente.
Somoza marcha al recital de una poetisa y
Sandino marcha a la muerte.
Mientras Somoza escucha los sonetos de
Zoila Rosa Cárdenas, joven valor de las letras peruanas que distingue al país
con su visita, Sandino cae acribillado en un lugar llamado La Calavera, sobre
el Camino Solo.
Fuente:
Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo Veintiuno, Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario