Por Eduardo Galeano
En
el año 2003, se disputó el tercer campeonato mundial de fútbol femenino.
Al fin del torneo, las jugadoras alemanas
fueron campeonas; y en el año 2007 nuevamente alzaron el trofeo mundial.
Ellas no habían recorrido un camino de
rosas.
Desde 1955, y hasta 1970, el fútbol había
sido prohibido a las mujeres alemanas.
La Asociación Alemana de Fútbol había
explicado por qué:
En la lucha por la pelota, desaparece la
elegancia femenina, y el cuerpo y el alma sufren daños. La exhibición del
cuerpo ofende al pudor.
Fuente:
Galeano, E. (2012), Los hijos de los días, Siglo Veintiuno, Buenos
Aires.
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