Por Jacques Gernet
China
comercia con el mundo entero –Japón, Asia del sureste, Europa y América vía
Manila– y este comercio, que se desarrolla tras la suspensión de las
restricciones impuestas al tráfico con el extranjero después de la conquista de
Taiwan en 1683, es beneficios para China. Estimula la agricultura y la artesanía,
y canaliza hacia allí la moneda de plata. Se ha podido calcular que de los 400
millones de dólares de plata importados de América del Sur y de México hacia
Europa entre 1571 y 1821, la mitad sirvió para que los países occidentales
compraran productos chinos. Si la estimación es exacta tendería a demostrar que
China, que debe al Nuevo Mundo unas plantas cuya difusión provocó una especie
de revolución agrícola, fue uno de los países que más se benefició del
descubrimiento de América.
Fuente:
Gernet, J. (1999), El mundo chino, Crítica, Barcelona.
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