Por Eduardo Galeano
Mientras
dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la
memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras,
palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa
peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de
pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y
siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.
Fuente:
Galeano, E. (1989), El libro de los abrazos, Siglo XXI, Madrid.
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