Por José Saramago
Entre
el río Jordán y el mar lloran las viudas y los huérfanos, es una antigua
costumbre suya, para eso son viudas y huérfanos, para llorar, después todo se
reduce a esperar el tiempo de que los niños crezcan y vayan a una guerra nueva,
otras viudas y otros huérfanos vendrán a relevarlos, y si mientras tanto han
cambiado las modas, si el luto, de blanco, pasó a ser negro, viceversa, si
sobre el pelo, que se arrancaba a manojos, se pone ahora una mantilla bordada,
las lágrimas son las mismas, cuando se sienten.
Fuente:
Saramago, J. (1991), El Evangelio según Jesucristo, Santillana,
México, D.F.
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