La verdad está en el viaje, no en el
puerto. No hay más verdad que la búsqueda de la verdad. ¿Estamos condenados al
crimen? Bien sabemos que los bichos humanos andamos muy dedicados a devorar al
prójimo y a devastar el planeta, pero también sabemos que nosotros no
estaríamos aquí si nuestros remotos abuelos del paleolítico no hubieran sabido
adaptarse a la naturaleza de la que formaban parte, y si no hubieran sido
capaces de compartir lo que recolectaban y cazaban. Viva donde viva, viva como
viva, viva cuando viva, cada persona contiene a muchas personas posibles, y es
el sistema de poder, que nada tiene de eterno, quien cada día invita a salir a
escena a nuestros habitantes más jodidos, mientras impide que los otros crezcan
y les prohíbe aparecer. Aunque estamos mal hechos, no estamos terminados; y es
la aventura de cambiar y de cambiarnos la que hace que valga la pena este
parpadeo en la historia del universo, este fugaz calorcito entre dos hielos,
que nosotros somos.
Fuente: Galeano, E. (1998), Patas arriba, Siglo Veintiuno, Buenos
Aires.
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