Por Eduardo Galeano
Hokusai,
el más famoso artista de toda la historia del Japón, decía que su país era
tierra flotante. Con lacónica elegancia, él supo verla y ofrecerla.
Había nacido llamándose Kawamura Tokitaro
y murió llamándose Fujiwara Iitsu. En el camino, cambió de nombre y apellido
treinta veces, por sus treinta renacimientos en el arte o en la vida, y noventa
y tres veces se mudó de casa.
Nunca salió de pobre, aunque trabajando
desde el amanecer hasta la noche creó nada menos que treinta mil pinturas y
grabados.
Sobre su obra, escribió:
De todo lo que dibujé antes de mis setenta
años, no hay nada que valga la pena. A la edad de setenta y dos, finalmente he
aprendido algo sobre la verdadera calidad de los pájaros, animales, insectos y
peces, y sobre la vital naturaleza de las hierbas y los árboles. Cuando tenga
cien años, seré maravilloso.
De los noventa no pasó.
Fuente:
Galeano, E. (2008), Espejos, Siglo XXI, Buenos Aires.
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