Por Eduardo Galeano
1977
Graceland
…
Su
manera de sacudir la pierna izquierda arrancaba alaridos a las multitudes. Sus
labios, sus ojos y sus patillas eran órganos sexuales.
Elvis Presley, destronado rey del rock'n
roll, es ahora un blando globo que yace en cama, con la mirada flotando ante
seis pantallas de televisión. Los televisores, suspendidos del techo, están
encendidos todos a la vez, en canales diferentes. Entre sueño y sueño, siempre
más dormido que despierto, Elvis juega a disparar pistolas descargadas, clic,
clic, contra las imágenes que no le gustan. La bola de grasa de su cuerpo
recubre un alma hecha de codeína, morfina, valium, seconal, placidyl, quaalude,
nembutal, valmid, demerol, elavil, eventyl, carbrital, sinutab y amytal.
Fuente:
Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo
Veintiuno, Madrid.
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