Por Philip Roth
Entonces
recordó algo que ella había escrito en sexto o séptimo curso, antes de que
fuese al instituto de Morristown. A sus compañeros de clase en la escuela
Montessori les hicieron diez preguntas sobre su «filosofía», una por semana. La
primera semana la maestra les preguntó: «¿Por qué estamos aquí abajo?». En
lugar de responder como los demás niños que estamos aquí para hacer el bien,
para convertir el mundo en un lugar mejor, etcétera, Merry respondió con su
propio interrogante: «¿Por qué hay monos aquí abajo?». Pero la maestra
consideró inadecuada esta respuesta y le pidió que, en casa, reflexionara más
seriamente sobre el particular. «Desarrolla el tema», le pidió. Merry se fue a
casa, hizo lo que le pedían y al día siguiente entregó otra frase: «¿Por qué
hay canguros aquí abajo?». Ésa fue la primera ocasión en que uno de sus
maestros informó a Merry acerca de su «testarudez». La última pregunta
formulada a la clase era «¿Qué es la vida?», y Merry respondió algo que hizo
reír a sus padres aquella noche. Según la niña, mientras sus compañeros se
esforzaban por expresar unos pensamientos falsamente profundos, ella, tras
pensar una hora en su pupitre, escribió una sola frase nada trivial: «La vida
no es más que un breve periodo de tiempo durante el que una está viva».
Fuente: Roth,
P. (1997), Pastoral americana, Random House Mondadori, México, D.F.
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