Por Eduardo Galeano
Yo
nací y crecí bajo las estrellas de la Cruz del Sur. Vaya donde vaya, ellas me
persiguen. Bajo la cruz del sur, cruz de fulgores, yo voy viviendo las
estaciones de mi suerte.
No tengo ningún dios. Si lo tuviera, le
pediría que no me deje llegar a la muerte: no todavía. Mucho me falta andar.
Hay lunas a las que todavía no ladré y soles en los que todavía no me incendié.
Todavía no me sumergí en todos los mares de este mundo, que dicen que son
siete, ni en todos los ríos del Paraíso, que dicen que son cuatro.
En Montevideo, hay un niño que explica:
–Yo no quiero morirme nunca, porque
quiero jugar siempre.
Fuente:
Galeano, E. (1989), El libro de los abrazos, Siglo XXI, Madrid.
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