Por Noam Chomsky
No
soy lo suficientemente inteligente –ni creo que nadie lo sea– para describir
cómo sería una sociedad ideal, pero creo que podemos hablar de cómo sería una
sociedad mejor. A mi entender, sería una sociedad en que las decisiones
estuviesen en manos de una población informada y comprometida. Es un
prerrequisito para tomar decisiones razonables y racionales. En cuanto a las
instituciones, implicaría que los trabajadores poseerían y gestionarían las
fábricas, que las comunidades estarían controladas por la propia comunidad y
que el control popular gestionaría otras instituciones. Las relaciones entre
asociaciones de voluntarios conducirían a una toma de decisiones de base más
amplia por parte de representantes que estarían sometidos al control directo de
abajo y sujetos a una retirada inmediata.
También se propiciaría la disolución de
las fronteras nacionales, algo que sin duda es concebible, pues hasta cierto
punto ya ha tenido lugar en Europa. En términos generales implicaría un sistema
cada vez más global basado en la ayuda y el apoyo mutuos, una producción
destinada al uso más que a los beneficios y la preocupación por la
supervivencia de la especie. Creo que todas esas medidas conducirían a una
sociedad mejor. Y todas son viables.
Chomsky,
N. (2017), Malestar global, Sexto Piso, Madrid.
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