Por Eduardo Galeano
1967
Higueras
…
¿Ha
muerto en 1967, en Bolivia, porque se equivocó de hora y de lugar, de ritmo y
de manera? ¿O ha muerto nunca, en ninguna parte, porque no se equivocó en lo
que de veras vale para todas las horas y lugares y ritmos y maneras?
Creía que hay que defenderse de las
trampas de la codicia, sin bajar jamás la guardia. Cuando era presidente del
Banco Nacional de Cuba, firmaba Che los billetes, para burlarse del
dinero. Por amor a la gente, despreciaba las cosas. Enfermo está el mundo,
creía, donde tener y ser significan lo mismo. No guardó nunca nada para sí, ni
pidió nada nunca.
Vivir es darse, creía; y se dio.
Fuente:
Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo
Veintiuno, Madrid.