Por Noam Chomsky
Una
de las razones por las que Hezbolá se ha hecho tan poderosa es que el gobierno
libanés no hizo prácticamente nada por los chiitas más pobres del sur de Beirut
y el sur de Líbano. El prestigio de esta organización proviene no sólo de
acaudillar la guerrilla que expulsó a Israel de Líbano en 2000, sino de
proporcionar servicios sociales: salud, escolarización, ayuda económica, etc.
Para muchos libaneses, Hezbolá es el gobierno. Como pasa con otros movimientos
fundamentalistas islámicos, ésa es la razón de su enorme éxito popular. No es
deseable tener agentes no estatales dentro del estado, y mucho menos
militarizados, pero seguirá ocurriendo mientras no se solucionen los problemas
fundamentales. Es casi inevitable. De hecho, Estados Unidos e Israel contribuyeron
considerablemente al surgimiento del fundamentalismo extremista islámico al
destruir el nacionalismo secular. Si eliminas el nacionalismo secular, la gente
no va a decir: «Vale, córtame el cuello». Recurrirán a algo. Y ese algo es el
fanatismo religioso extremista.
Más aún, a veces se han promovido estos
movimientos deliberadamente. Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha
sido el principal impulsor mundial del fundamentalismo islámico extremista. El
aliado más antiguo y apreciado de Estados Unidos en el mundo árabe es Arabia
Saudí. Comparado con ella, Irán es un paraíso democrático. La amenaza para la
tiranía extremista religiosa de Arabia Saudí era el nacionalismo secular,
encarnado principalmente por Gamal Abdel Nasser, que se convirtió en enemigo de
Estados Unidos porque suponía una amenaza para la base estadounidense del
fundamentalismo religiosa extremista, Arabia Saudí, el país que controla el
petróleo, la razón de fondo. En 1967, Israel prestó un gran servicio a Estados
Unidos, Araba Saudí y las petrolíferas eliminando el nacionalismo árabe
secular, que amenazaba con emplear los recursos de la zona para cubrir las
necesidades de la población. Intolerable. Son «nuestros» recursos, como dijo
George Kennan hace mucho tiempo, y tenemos que «protegerlos».
No es la primera vez que ocurre. Israel
creó Hamás cuando destruyó la Organización para la Liberación de Palestina,
partidaria de negociar y llegar a un acuerdo. Dado que eso era lo último que
Israel y Estados Unidos deseaban, la destruyeron. ¿Qué ocurrió entonces? La
población no se desintegró. Se refugió en otra cosa, a saber, en el
fundamentalismo religioso.
Fuente:
Chomsky, N. (2007), Lo que decimos, se hace, Península, Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario