23/5/25

Juana Manso

Por Eduardo Galeano

Junio

30

Hoy fue bautizada, en 1819, en Buenos Aires, Juana Manso.

Las aguas sagradas la iniciaron en el camino de la mansedumbre, pero Juana Manso nunca fue mansa.

Contra viento y marea, ella fundó, en Argentina y en Uruguay, escuelas laicas y mixtas, donde se mezclaban niñas y niños, no era obligatoria la enseñanza de la religión y estaba prohibido el castigo físico.

Escribió el primer texto escolar de historia argentina y varias obras más. Entre ellas, una novela que le daba duro a la hipocresía conyugal.

Fundó la primera biblioteca popular en el interior del país.

Se divorció cuando el divorcio no existía.

Los diarios de Buenos Aires se deleitaban insultándola.

Cuando murió, la Iglesia le negó sepultura.

Fuente: Galeano, E. (2012), Los hijos de los días, Siglo Veintiuno, Buenos Aires. 

16/5/25

Campeonas

Por Eduardo Galeano

En el año 2003, se disputó el tercer campeonato mundial de fútbol femenino.

Al fin del torneo, las jugadoras alemanas fueron campeonas; y en el año 2007 nuevamente alzaron el trofeo mundial.

Ellas no habían recorrido un camino de rosas.

Desde 1955, y hasta 1970, el fútbol había sido prohibido a las mujeres alemanas.

La Asociación Alemana de Fútbol había explicado por qué:

En la lucha por la pelota, desaparece la elegancia femenina, y el cuerpo y el alma sufren daños. La exhibición del cuerpo ofende al pudor.

Fuente: Galeano, E. (2012), Los hijos de los días, Siglo Veintiuno, Buenos Aires.

9/5/25

Una caja de sorpresas

Por Robert Service

La Rusia del siglo XX ha sido una caja de sorpresas. Ha dado dirigentes como Lenin, Jruschov y Gorbachov, y también figuras artísticas y científicas como Shostakovich, Ajmatova, Kapitsa, Sajarov y Pavlov. La gente del pueblo, desde los desgraciados presos del Gulag hasta los soldados del ejército rojo que derrotaron a Hitler, se han convertido en símbolos de los episodios decisivos de la historia de nuestros días. Rusia ha atravesado dos guerras mundiales, una guerra civil, una transformación económica violenta, una dictadura y una etapa de terror. Se convirtió en una superpotencia y dejó de serlo. Ha pasado de ser un imperio con una sociedad en su mayor parte agraria y analfabeta a ser un país alfabetizado, industrializado y desposeído de sus antiguos dominios en los territorios fronterizos. «Rusia» no dejó de cambiar a lo largo del siglo XX. No tendría sentido pensar que su enorme capacidad para sorprenderse a sí misma, a sus vecinos y al mundo entero haya llegado a su fin.

Service, R. (1997), Historia de Rusia en el siglo XX, Crítica, Barcelona.

2/5/25

Vivir un poco más

Por Robert Service

Durante la guerra germano-soviética … las condiciones urbanas [en Rusia] eran terribles. El hambre no cesó para la mayor parte de la gente de las ciudades en manos del ejército rojo. Había una tasa de mortalidad muy elevada, y la gente aprovechaba los cuerpos de los muertos para vivir un poco más. Primero se comieron las vacas, los cerdos y los pollos; luego los perros, los gatos y las ratas, seguidos de las bayas, las hierbas y después las ortigas, el césped y la corteza de los árboles. Así pues, los muertos a veces eran literalmente el último recurso. Los factores geográficos tuvieron una influencia profunda y directa sobre estas cosas. Leningrado era la ciudad peor abastecida de alimentos: los valientes convoyes enviados por encima del lago Ladoga no siempre podían romper el cerco alemán. Pero la malnutrición y las enfermedades afectaban a todas las áreas urbanas, las casas demolidas por la artillería o los bombardeos aéreos no se reemplazaban, y el sistema sanitario estaba en ruinas. Muy pocas familias escaparon a la pérdida de algún ser querido: hasta Vasili, el hijo de Stalin, fue muerto por los alemanes.

Service, R. (1997), Historia de Rusia en el siglo XX, Crítica, Barcelona.