Por Eduardo Galeano
1969
Lima
Imagen tomada de https://shorturl.at/b7sKB
Arguedas
se parte el cráneo de un balazo. Su historia es la historia del Perú; y enfermo
de Perú se mata.
Hijo de blancos, José María Arguedas había
sido criado por los indios. Habló quechua durante toda su infancia. A los
diecisiete años fue arrancado de la sierra y arrojado a la costa; salió de los
pueblitos comuneros para entrar en las ciudades propietarias.
Aprendió la lengua de los vencedores y en
ella habló y escribió. Nunca escribió sobre los vencidos, sino desde
ellos. Supo decirlos; pero su hazaña fue su maldición. Sentía que todo lo suyo
era traición o fracaso, desgarramiento inútil. No podía ser indio, no quería
ser blanco, no soportaba ser a la vez el desprecio y el despreciado.
Caminó el solitario caminante al borde de
ese abismo, entre los dos mundos enemigos que le dividían el alma. Muchas
avalanchas de angustia le cayeron encima, peores que cualquier alud de lodo y
piedras; hasta que fue derribado.
Fuente:
Galeano, E. (1986), Memoria del fuego 3 EL SIGLO DEL VIENTO, Siglo
Veintiuno, Madrid.
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